El Habito ( Έξις- Eksis) es una segunda naturaleza o
El hábito ( Έξις- Eksis) se convierte en segunda naturaleza
~ Aristóteles, 384-322 ac. filósofo griego
Aristóteles planteaba que los hábitos, una vez adquiridos nos llevan a hacer sin esfuerzo, lo
que sin ellos nos costaría realizar; y sean buenos o malos, ellos nos
tienen a nosotros y no a la inversa. Los hábitos se adquieren, y llegan a
tener, una fuerza igual o mayor que las cosas que hacemos por
naturaleza."
Igual tenemos que desarollar las virtudes hasta que se convierten en hábitos (Έξις- Eksis). Tenemos que practicar y ejercitar las virtudes (como la paciencia, la tolerancia, compasión, empatía, perdón, autoconfianza, determinaciión, tenacidad,
perseverencia, veracidad, moderación, la igualdad) hasta que se convierten parte de nuestra naturaleza.
LAS DIECIOCHO VIRTUDES
por Swami Sivananda
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Para el éxito en la vida y en especial para un éxito de los aspirantes en la vida espiritual, es esencial que se debe desarrollar ciertas virtudes cardinales. La virtud es fuerza, es poder y la clave para la paz. Un hombre virtuoso es siempre feliz, pacífico y próspero.
Tome cualquier virtud y desarrollarlo con un muy alto grado de perfección; erradicar en su totalidad su opuesto calidad el mal, incluso en su forma más sutil. Medita en estas virtudes, en sus beneficios y los métodos de cultivo de ellos.
Serenidad, regularidad, ausencia de vanidad,
Sinceridad, sencillez, veracidad,
Ecuanimidad, fijeza, no irritabilidad,
Adaptabilidad, humildad, tenacidad,
Integridad, nobleza, magnanimidad,
Caridad, generosidad, pureza.
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1. Serenidad
Permanece tranquilo interiormente. Deja que la paz interior y la alegría se irradien a través de un rostro sereno. Un rostro sereno es pacífico, sonriente y serio y no denota emociones violentas. Es como la superficie de un lago en calma.
2. Regularidad
Sé regular en tus hábitos diarios, en tu trabajo y en tus prácticas espirituales. Levántate a una hora determinada. Sé puntual en tus actividades diarias. Estarás libre de preocupación, miedo, ansiedad, irregularidad y trabajo inútil. Harás lo correcto en el momento correcto.
3. Ausencia de vanidad
No presumas sobre tu nacimiento, posición, calificaciones y logros espirituales. Elogia a otros. Ve lo bueno en todo. Trata incluso a las criaturas más humildes como a un igual y con respeto.
4. Sinceridad
Que tus palabras estén de acuerdo con tus pensamientos; que tus acciones estén de acuerdo con tus palabras. Que haya armonía entre tus pensamientos, palabras y acciones.
5. Simplicidad Sé auténtico.
Sé simple en tu discurso. No tergiverses las palabras y los conceptos. Sé directo; evita la diplomacia, la astucia y la deshonestidad. Sé simple en tu vestimenta. Sé simple en tu alimentación
6. Veracidad Sé sincero.
Sé fiel a tus promesas. No exageres. No tergiverses los hechos. Piensa dos veces antes de hablar. Di la verdad. Habla dulcemente. Sé preciso en lo que dices.
7. Ecuanimidad
Mantén la calma. Soporta el insulto pacientemente. Soporta con calma la injuria, el sufrimiento, los fracasos y la falta de respeto. No te regocijes por la alabanza, el placer, el éxito y el honor. Observa a ambos con idéntica mirada. Compórtate igual con amigos y enemigos. Nunca dejes que algo perturbe tu paz interior.
8. Fijeza
Recuerda que no puedes lograr nada si eres inconstante. Elige tu meta o ideal y recuérdalo siempre. Nunca dejes que tu mente se aparte del mismo ni siquiera por un momento.
9. No irritabilidad
La irritabilidad es precursora de violentas explosiones de cólera. Observa cuidadosamente la alteración del equilibrio mental. Vigila las ondas de ira que pueden elevarse en el lago de la mente. Detenlas en ese momento. No permitas que alcancen mayores proporciones. Entonces lograrás la paz.
10. Adaptabilidad
Comprende bien la naturaleza de las personas con las que entras en contacto. Ajusta tu forma de aproximarte a ellas. Ajústate tú mismo de modo que puedas agradarles. Soporta alegremente las excentricidades de los demás. Reacciona siempre de manera armoniosa. Sirve y ama a todos. Siente que el Señor habita en el corazón de todos como el Ser de todo.
11. Humildad
Respeta a todos. Inclínate con las manos unidas ante todos. No hables en voz alta delante de ancianos y personas venerables. Mira los dedos de los pies mientras caminas. Observa al Señor en todos y siente que eres Su siervo y por lo tanto el siervo de todos. No consideres a nadie inferior a ti.
12. Tenacidad
Esta es la compañera natural de la fijeza. Una vez que hayas fijado tu objetivo y elegido tu camino adhiérete a ellos. No vaciles. Sé firme. Nunca cedas en tus principios fundamentales. Mantén la actitud: “Yo puedo renunciar a mi vida pero no me apartaré del camino; no romperé mis votos.
13. Integridad
Desarrolla una personalidad íntegra. Ata todos los cabos sueltos de tu carácter. Conviértete en un hombre de principios morales elevados. Lleva una vida de rectitud. Deja que la rectitud emane desde ti su suave fragancia. Todos confiarán en ti, te obedecerán, te respetarán y te reverenciarán.
14. Nobleza
Rechaza la mezquindad como al estiércol y al veneno. Nunca mires los defectos de otros. Aprecia siempre las buenas cualidades de todos. Soporta dignamente. Nunca te rebajes a pensamientos, palabras y acciones innobles.
15. Magnanimidad
Adopta una visión amplia de las cosas. Ignora las faltas de los demás. Ten grandeza y una mente noble en cualquier cosa que hagas. Evita las conversaciones tontas y parloteos infantiles. No permitas que tu mente se ocupe de cosas pequeñas e insignificantes.
16. Caridad
Da, da y da. Este es el secreto de la abundancia. Irradia pensamientos de bondad y amor. Perdona las faltas de otros. Bendice a quien te hiere. Comparte con otros lo que tienes. Esparce el conocimiento espiritual a todos y cada uno. Utiliza la riqueza material, el conocimiento y la sabiduría espiritual que posees como un don divino.
17. Generosidad
Sé generoso al dar. Ten un gran corazón. No seas avaro. Deléitate con la alegría de los demás, haciéndolos felices. La generosidad es la virtud hermana de la caridad. Es el cumplimiento de la caridad, la magnanimidad y la nobleza.
18. Pureza
Ten un corazón puro. Erradica la lujuria, la ira y la codicia. Ten pensamientos puros. Piensa siempre en Dios. Piensa en el bienestar de todos. Que haya pureza en tus palabras, nunca pronuncies palabras duras o crueles. Ten un cuerpo puro. Mantenlo limpio y saludable. Que tu vestimenta y tu entorno estén limpios. Observa las reglas de higiene física, moral y espiritual.