Autoentrega
por Swami Sivananda
La autoentrega es un medio seguro para la realización de Dios.
Entrégate a ti mismo, y a todas tus pertenencias a los pies del supremo (Dios). Vive una vida de piedad. Piensa que nada es tuyo, y que todo pertenece a Dios - esto es rendirse a Dios.
Dale el poder a Dios; deja que haga lo que quiera. No tendrás ninguna preocupación ni ansiedad, estarás en paz.
La rendición contiene amor y fe intensos. Debe ser completa, todo el ser debe estar rendido al Señor (mente, intelecto, chitta y egoísmo).
El deseo y el egoísmo son los dos grandes obstáculos para la autoentrega.
Después de entregarse al Señor, no debes refunfuñar ni preocuparte cuando surja algún problema. No debes quejarte al Señor: 'Oh Señor, no tienes ojos, no tienes compasión'. Si te quejas, entonces tu entrega no tiene sentido.
A través de la entrega, el devoto se sumerge en la esencia eterna. Puedes llegar a ser querido por el Señor sólo mediante la autoentrega.
En las dificultades y en las luchas, Dios te dará la fuerza y la paz interior para soportarlas - ésta es su gracia.
La autoentrega es un medio seguro para la realización de Dios.
Entrégate a ti mismo, y a todas tus pertenencias a los pies del supremo (Dios). Vive una vida de piedad. Piensa que nada es tuyo, y que todo pertenece a Dios - esto es rendirse a Dios.
Dale el poder a Dios; deja que haga lo que quiera. No tendrás ninguna preocupación ni ansiedad, estarás en paz.
La rendición contiene amor y fe intensos. Debe ser completa, todo el ser debe estar rendido al Señor (mente, intelecto, chitta y egoísmo).
El deseo y el egoísmo son los dos grandes obstáculos para la autoentrega.
Después de entregarse al Señor, no debes refunfuñar ni preocuparte cuando surja algún problema. No debes quejarte al Señor: 'Oh Señor, no tienes ojos, no tienes compasión'. Si te quejas, entonces tu entrega no tiene sentido.
A través de la entrega, el devoto se sumerge en la esencia eterna. Puedes llegar a ser querido por el Señor sólo mediante la autoentrega.
En las dificultades y en las luchas, Dios te dará la fuerza y la paz interior para soportarlas - ésta es su gracia.
Cuanto mayor sea la entrega, mayor será la gracia
El recuerdo constante del Señor, la recitación constante de su nombre, llenará tu corazón de sattva (pureza) y de una inmensa fuerza y paz para afrontar las condiciones más difíciles con perfecta calma y serenidad.
Ten una perfecta confianza en Dios. Entrégate a él. Ponte en su cuidado amoroso. Hazlo con todo tu corazón y tu mente, con perfecta confianza y fe.
No te preocupes por tu futuro, por el dinero, por tu salud. Él cuidará de ti. Tendrás abundancia, tendrás una fuerza inmensa y una salud maravillosa.
