Capítulo VIII de llibro "Moksha Gita" ~ Swami Sivananda
1. El
Guru dijo: Aquél que piensa, “Yo soy el cuerpo, este cuerpo es mío, ella es mi
esposa, él es mi hijo, yo soy un Brahmana, yo soy gordo, negro, Pandit,” es un
hombre ignorante. Está esclavizado.
2, 3.
Aquél que piensa, “Yo no soy el cuerpo; soy omnipresente, inmutable, inmortal,
indivisible y autónomo, tengo existencia propia, soy Satchidananda Brahman,” es
un hombre sabio; es libre.
4.
Aquél que piensa, “Yo hice este trabajo, de modo que iré al cielo; yo gocé de tal
y cual cosa,” es un hombre ignorante.
5.
Aquél que piensa, “Prakriti hace todo; yo soy solo testigo; no soy el actor; no
soy el que disfruta,” es un hombre sabio.
El texto con comentarios de Swami Krishnananda
1. El Guru dijo: Aquél que piensa, “Yo soy el cuerpo, este cuerpo es mío,
ella es mi esposa, él es mi hijo, yo soy un Brahmana, yo soy gordo, negro,
Pandit,” es un hombre ignorante. Está esclavizado.
La persona que afirma la existencia de seres separados es una persona
ignorante. Su vida es una vida de esclavitud solamente. El tiempo que le lleva
a un individuo poseer un objeto deseado está en proporción con la intensidad de su sentimiento de
identificación con el Infinito Absoluto. El individuo que siente que tres
cuartas partes de toda la existencia son su propio ser y que una cuarta parte
no lo es, experimenta su fin deseado más rápido que aquél que siente que sólo
la mitad de la toda la existencia es su ser. La gente que siente que su propio
cuerpo individual es su ser y que todo lo demás en el universo es diferente de
sí, nunca puede vivir una vida feliz. Por lo tanto, la persona más feliz es
aquella que pierde su personalidad en la realización de la verdad de que toda
la existencia es su propio ser y que no hay nada segundo con respecto a él.
Entonces, se convierte en el Ser Inmortal.
Todos los seres son engañados por Prakriti. El sentimiento de que el cuerpo es el Ser y que las personas conectadas con ese cuerpo son todas queridas, es tan difícil de superar que incluso hombres avanzados, eruditos y listos, son incapaces de trascenderlo a pesar de sus reflexiones filosóficas. El problema de la vida no es un problema intelectual sino un sentido arraigado en el mismo ser del Jiva. De allí que un pensamiento superficial y una filosofía de sillón no puedan resolver el enigma del universo. Es una cuestión de auto-sacrificio; el precio de la Inmortalidad es la propia existencia.
Todos los seres son engañados por Prakriti. El sentimiento de que el cuerpo es el Ser y que las personas conectadas con ese cuerpo son todas queridas, es tan difícil de superar que incluso hombres avanzados, eruditos y listos, son incapaces de trascenderlo a pesar de sus reflexiones filosóficas. El problema de la vida no es un problema intelectual sino un sentido arraigado en el mismo ser del Jiva. De allí que un pensamiento superficial y una filosofía de sillón no puedan resolver el enigma del universo. Es una cuestión de auto-sacrificio; el precio de la Inmortalidad es la propia existencia.
2, 3. Aquél que piensa, “Yo no soy el cuerpo; soy omnipresente, inmutable,
inmortal, indivisible y autónomo, tengo existencia propia, soy Satchidananda
Brahman,” es un hombre sabio; es libre.
La sabiduría es una fuerza integradora. Unifica y abarca todo. No excluye
nada de su incumbencia, entra en el corazón de todo ser. El hombre sabio siente
el carácter omnipresente y masivo de la Realidad que constituye la sustancia de los
seres que aparecen en el universo. Él se identifica con la sustancia misma; de allí
que las mismas formaciones se conviertan en su propio ser.
La afirmación del inmutable, inmortal, indivisible, autónomo,
auto-existente, Satchidananda Brahman es sabiduría. Según el Señor Krishna, la
sabiduría consiste en humildad, sencillez, honradez, servicio al Maestro,
pureza, firmeza, autocontrol, renuncia a los objetos sensorios, ausencia de
egoísmo, reflexión sobre los males del nacimiento, la muerte, la vejez, la
enfermedad y el dolor, desapego, no identificación del Ser con el hijo, la
esposa, la casa, etc., constante ecuanimidad ante sucesos deseables o
indeseables, devoción inquebrantable por lo Real, sentimiento de identidad del
Ser con la Verdad, recurrir a lugares aislados, disgusto por la compañía de los
hombres, constante búsqueda de conocimiento espiritual y entendimiento de la
meta de la Realidad. Todo lo demás es ignorancia.
El hombre sabio no odia a ninguna criatura, es amigable y compasivo hacia
todos, está libre de los sentimientos de “yo” y “mío”, es ecuánime ante el
dolor y el placer, es tolerante, está siempre contento y es firme en la
meditación, es auto-controlado, posee convicción firme, tiene su mente y su
intelecto fijos en la Realidad o Brahman. Tal persona esté iluminada por la
Sabiduría Suprema.
Esos son los signos de sabiduría y no el ser de la sabiduría. El Ser de la
Sabiduría es la Unidad Absoluta de la Conciencia. Toda virtud es el resultado
de este logro supremo.
4. Aquél que piensa, “Yo hice este trabajo, de modo que iré al cielo; yo
gocé de tal y cual cosa,” es un hombre ignorante.
Aquel que afirma su egoísmo es una persona ignorante. El egoísmo es el
verdadero hacedor de todas las acciones. Es el egoísmo el que crea lugar para
la acción y deposita sus impresiones en el Chitta. El método más potente para
erradicar este ego malvado es su completa entrega a una Persona o a personas, o
al Absoluto. Bhakti Yoga, Karma Yoga y Jñana Yoga son respectivamente los
métodos que recurren a estos tres aspectos de la destrucción del ego.
Así, la ciencia del desinterés representa en sí misma los procesos de todos
los sistemas de Yoga. Un verdadero acto desinteresado no quiere nada en
absoluto en espacio o tiempo particular. Es el flujo natural de la Verdad en sí
misma como el desborde de las aguas en un río crecido. Tal servicio o
asistencia no es para gozar de la gratitud de la persona servida o de la
utilidad del animal cuidado, sino para una transformación de la conciencia
separadora por medio de su expansión en la universalidad desintegrándola en mil
fragmentos diferentes o anulándola mediante un amor que todo lo abarca
expresando Infinitud.
Tales sentimientos acumulados de satisfacción desinteresada, efectuada
mediante el propio sacrificio, que de otro modo se hubiera dispersado y
esparcido externamente con el fin del goce egoísta que se deriva del contacto
con los objetos, actúa como una pala poderosa para cavar las profundidades del
ego y arrojarla en el abismo de la Experiencia Infinita. Todo acto, en lenguaje común, está dirigido hacia el
logro de un fin particularizado en tiempo ilimitado por el espacio. Pero un
verdadero acto desinteresado, hecho sin un objetivo particular en vista, es un desafío
para el ego separador que no puede vivir sin relacionarse con algo que se
distinga en espacio y tiempo. Tal acto que falla en alimentar al sentido de
individualidad con sus diversos requerimientos compele al propio interés
relativo a disolverse en el Interés del Absoluto, el cual se eleva por sobre
las limitaciones de espacio y tiempo, y se ocupa de establecerse en la
satisfacción perfecta y la experiencia que no puede contradecirse de Plenitud y Realidad Absoluta. La desaparición del egoísmo está al unísono
con la Presencia Divina.
5. Aquél que piensa, “Prakriti hace todo; yo soy solo testigo; no soy el
actor; no soy el que disfruta,” es un hombre sabio.
Prakriti, la Naturaleza, es el verdadero hacedor de todas las acciones.
Prakriti es entendida como la aparición concreta de un poder universal
diferente de la esencia de la Realidad. Eso tiene un significado cósmico y uno individual. Como
energía cósmica, Prakriti lleva a cabo la evolución de la masa de seres que
constituyen el universo, y como energía individualista, genera la actividad del
Jiva.
La acción ata al Jiva cuando éste se considera el que ejecuta la acción. La
Inteligencia del Atman se refleja por medio del Vijñanamaya Kosha en el cual
predomina la distracción y la actividad, y que limita al Ser a la condición de
Jiva.
Las acciones de las envolturas superficiales son sobreimpuestas en el Ser
inmaculado. El empujón creativo de Prakriti inherente a todo individuo hace que
el individuo tenga que actuar inevitablemente. Por mucho que el Jiva proteste,
no puede evitar que Prakriti funcione. Lo único que el individuo puede hacer es
ser un testigo silencioso de las acciones de la naturaleza superficial y ser
indiferente a los afectos de aquellas acciones involuntarias.
En realidad, el ser no es el que actúa ni el que goza. Es la Naturaleza
como tal la que actúa. Mientras uno no puede controlar las tendencias activas
neutrales, debe cultivar el sentimiento de Sakshittva (testigo) del ser. Cuando los
impulsos activos se retiran mediante la fuerza meditativa, Sakshi-bhava (La actitud de permanecer como testigo) da
lugar a Samata-drishti o Aikya-bhava, (el sentimiento de ecuanimidad y unidad en
la vida). Esto, una vez más, da lugar a un paso aun superior, Brahmabhava (Sentimiento de identidad con Brahman, así como de todo como Brahman), donde
se impiden las acciones de Prakriti por medio de la generación de poder
espiritual. Entonces, sólo se percibe al Brahman Uno en todo.