domingo, 5 de febrero de 2017

No somos ni el cuerpo, ni el yo sino la Consciencia ~ Atman Nityananda


 No somos ni el cuerpo ni el yo sino la Consciencia

El ´yo´ o ego (que es energía y no solo un pensamiento) es una ilusión y, debido a su capacidad  increible de identificarse con todo, crea muchas identificaciones ilusorias. 

Las dos identificaciones fundamentales del ego son: La identificación con el cuerpo y la identificación con la consciencia. El ego identificado con el cuerpo físico nos hace sentir que somos el cuerpo físico por medio de la sensación ilusoria ´el cuerpo soy yo´ y así vivimos en el mundo como un ´cuerpo-yo´. El ego se identifica a la vez con la consciencia y crea la ilusión de que la consciencia es algo que pertenece al ego . Debido a estas identificaciοnes mutuas del ´yo´ (con la consciencia y con el cuerpo físico) sentimos (percibimos) que la consciencia pertenece al cuerpo y a la mente y que nosotros, como un ´cuerpo-yo´, somos autoconscientes.

Sin embargo, la realidad es que el cuerpo, el ´yo´ y la mente son objetos en la consciencia e iluminados por ella.. La consciencia impregna la mente (el ego es parte de la mente) y presta su luminosidad a la mente. Debido a la identificación entre el ego y la conciencia y a nuestra ignoracia nos parece que nuestra mente es autoluminosa y que la consciencia es algo que pertence a la mente. Un similar es la luz de la luna. La luna parece que tiene su propia luz mientras su luz es solo una reflección de la luz del sol.  De la misma manera, nuestra mente parece que tiene su propia luz (Consciencia), sin embargo la consciencia de la mente es solo una reflexión de la consciencia universal o Dios en la mente.

Además el ego nos impide percibir que la consciencia que se expresa en nosotros (que erroneamente creemos que es algo que pertenece a nosotros) es la misma consciencia que existe en los demás e idéntica con la consciencia universal o Dios.  En realidad, sólo hay una conciencia universal homogénea (sin partes, divisiones o diferenciaciones) que al reflejarse en las mentes individuales de los seres humanos aparece como si estuviera dividida e individual o personal. Como el único sol que se refleja en varios vasos parece ser muchos soles diferentes, similarmente la conciencia universal que se refleja en las mentes humanas parece ser dividida e individual. 

Cuando una persona (no despierta espiritualmente) dice ´yo soy consciente´, cree que es consciente como ´cuerpo-yo´, y cree que la consciencia pertenece al ´cuerpo-yo´(lo cual es una ilusión). Cuando alguien toma consciencia de que es consciente esto no implica haberse despertado, sino que no está perdido en la mente, es decir que no se identifica ya con los pensamientos, las emociones, las sensaciones o las impresiones sensoriales. Sin dudas, no estar identificado con los patrones egoistas, desde un punto de vista, es un estado despierto, pero el despertar del que hablamos en la espiritualidad es algo distinto.

Por supuesto que no identificarse con las sensaciones, las emociones, los pensamientos, los objetos y el ego mismo, es la base fundamental para hacer todo el trabajo espiritual. Para descubrir, reconocer, entender y disolver las tendencias egoístas es esencial no identificarse con la mente y para conseguir despertarse y establecerse en la consciencia hace falta auto-indagar y meditar.

Ojo! No nos podemos despertar por nuestra voluntad! Εl despertar es algo que sucede por sí mismo cuando ya estemos preparados o por la gracia de Dios. Pero hace falta crear las condiciones adecuadas para que el despertar suceda: tener una mente bastante pura y sáttvica, haber desarrollado las capacidades de descernimiento y desapasionamiento, y auto-indagar y meditar deliberamente. 

El despertar sucede cuando realizamos intuitivamente que somos la consciencia más allá del cuerpo, la mente y del ´yo´; Cuando realizamos que somos el espacio silencioso y luminoso interior, el cual es immovil, sin tiempo, libre de sufrimiento (no lo afecta de ninguna manera lo que sucede en el cuerpo y la mente), pleno, pacífico y dichoso. Esta realización provoca una desidentificación considerable del cuerpo y de la mente y un cambio de percepción: el cuerpo y la mente se ven ya como objetos en la consciencia en vez de sujetos. Sin embargo, dado que el ego no se eliminará totalmente y seguirá vivo en nuestra psicología a pesar del despertar (es lo que pasa en casí todos los casos) hace falta seguir la práctica porque el ego seguirá funcionando y causando identificaciones e ilusiones. Si no seguimos la práctica podemos caer de nuevo en la ignorancia (vivir identificados con el ego y vivir como ´cuerpo yo´) a pesar de que ya hayamos conocido por propia experiencia que no somos ni el cuerpo ni el yo.