lunes, 6 de febrero de 2017

Las teorias no nos liberan de la ilusión de la separación ~ Alan Watts



Las teorias no nos liberan de la ilusión de la separación

Compilación del artículo
 ¨La mente no dividida¨  por Alan Watts
publicado en advaitainfo.com 

Para "conocer" la realidad, no puedes colocarte fuera de ella y definirla; debes penetrar en ella, ser ella y sentirla.

Ha habido muchas teorías acerca de la unidad del universo, pero no han librado a los seres humanos del aislamiento del egotismo, del conflicto y del temor a la vida, porque hay un mundo de diferencia entre una inferencia y una sensación.

Es posible razonar que el universo es una unidad sin sentir que es así; es posible establecer la teoría de que nuestro cuerpo es un movimiento en un proceso continuo que incluye a todos los soles y estrellas, y, no obstante, seguir sintiéndonos separados y solitarios, pues la sensación no corresponde a la teoría hasta que hayamos descubierto también la unidad de la experiencia interna. A pesar de todas las teorías, en tanto que estemos interiormente divididos, sentiremos que estamos aislados de la vida.

¨Renunciando a uno mismo, el universo se convierte en mí¨   ~ Sir Edwin Arnold

La filosofía especulativa, tal como la conocemos en Occidente, es casi por completo un síntoma de la mente dividida, del hombre que trata de permanecer fuera de sí mismo y su experiencia a fin de verbalizarla y definirla. Es un círculo vicioso, como todo lo demás que intenta la mente dividida.

La mente dividida y la mente no dividida

Todas las cualidades que admiramos u odiamos en el mundo que nos rodea, son reflejos de nuestro interior, si bien un interior que es también un más allá, inconsciente, vasto, desconocido.

Mientras la mente esté dividida, la vida es conflicto, tensión, frustración y desilusión perpetuos. Los sufrimientos se acumulan, lo mismo que los temores y el hastío. Cuanto más se debate la mosca para salir de la miel, más se adhiere. Bajo la presión de tanta tensión y futilidad no es de extrañar en absoluto que todos los hombres busquen liberación en la violencia y el sensacionalismo, así como en la temeraria explotación de sus cuerpos, sus apetitos, el mundo material y su prójimo. Lo que esto debe de añadir a los dolores necesarios e inevitables de la existencia es incalculable.

La mente dividida se sienta a la mesa y picotea de un plato y de otro, apresurándose sin digerir nada para encontrar uno de ellos mejor que el anterior. Nada le parece bueno, porque en realidad, no saborea nada.

Por otro lado, cuando usted se da cuenta de que vive en este momento, de que es este ahora y ningún otro, de que aparte de éste no hay pasado ni futuro, debe relajarse y saborearlo plenamente, tanto si es un momento de dolor como de placer.

La mente no dividida está libre de esta tensión de intentar siempre permanecer fuera de uno mismo y estar en cualquier parte menos aquí y ahora. Cada momento se vive completamente, y hay así una sensación de plenitud y totalidad.

Es evidente que todo existe para este momento. Es una danza, y cuando bailas no intentas llegar a alguna parte.

El significado y el objetivo de danzar es la danza. Igual que la música, se realiza plenamente en cada momento de su curso. No se toca una sonata para llegar al acorde final, y si el significado de las cosas estuviera simplemente en los finales, los compositores sólo escribirían últimos movimientos.

Cuando cada momento se convierte en una expectativa, la vida queda privada de realización plena y se teme la muerte, pues parece que la expectación debe terminar. Mientras hay vida, hay esperanza..., y si uno vive de la esperanza, la muerte es realmente el fin. 
Mas para la mente no dividida, la muerte es otro momento, completo como todo momento, y no puede ceder su secreto a menos que se viva plenamente...

La muerte

La muerte es el epítome de la verdad de que en cada momento nos vemos lanzados a lo desconocido. Cuando llega la muerte, ya no es posible seguir aferrándose a la seguridad, y cuando el pasado y la seguridad se abandonan, tiene lugar la renovación de la vida. La muerte es lo desconocido donde todos nosotros hemos vivido antes de nacer.

Nada es más creativo que la muerte, puesto que es todo el secreto de la vida. Significa que es preciso abandonar el pasado, que lo desconocido no puede evitarse, que el "Yo" no puede continuar y que, en última instancia, no puede haber nada fijado. Cuando un hombre sabe esto, vive por primera vez en su vida.

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