Las
teorias no nos liberan de la ilusión de la separación
Compilación del
artículo
¨La mente no dividida¨ por Alan Watts
publicado en advaitainfo.com
Para "conocer" la
realidad, no puedes colocarte fuera de ella y definirla; debes penetrar en
ella, ser ella y sentirla.
Ha habido muchas teorías acerca de la unidad del
universo, pero no han librado a los seres humanos del aislamiento del egotismo,
del conflicto y del temor a la vida, porque hay un mundo de diferencia entre
una inferencia y una sensación.
Es posible razonar que el universo es una unidad sin sentir que es así; es posible establecer la teoría de que nuestro cuerpo es un movimiento en un proceso continuo que incluye a todos los soles y estrellas, y, no obstante, seguir sintiéndonos separados y solitarios, pues la sensación no corresponde a la teoría hasta que hayamos descubierto también la unidad de la experiencia interna. A pesar de todas las teorías, en tanto que estemos interiormente divididos, sentiremos que estamos aislados de la vida.
Es posible razonar que el universo es una unidad sin sentir que es así; es posible establecer la teoría de que nuestro cuerpo es un movimiento en un proceso continuo que incluye a todos los soles y estrellas, y, no obstante, seguir sintiéndonos separados y solitarios, pues la sensación no corresponde a la teoría hasta que hayamos descubierto también la unidad de la experiencia interna. A pesar de todas las teorías, en tanto que estemos interiormente divididos, sentiremos que estamos aislados de la vida.
¨Renunciando a uno mismo, el
universo se convierte en mí¨ ~ Sir Edwin Arnold
La
filosofía especulativa, tal como la conocemos en Occidente, es casi por
completo un síntoma de la mente dividida, del hombre que trata de permanecer
fuera de sí mismo y su experiencia a fin de verbalizarla y definirla. Es un
círculo vicioso, como todo lo demás que intenta la mente dividida.
La mente dividida y la mente no dividida
Todas
las cualidades que admiramos u odiamos en el mundo que nos rodea, son reflejos
de nuestro interior, si bien un interior que es también un más allá,
inconsciente, vasto, desconocido.
Mientras
la mente esté dividida, la vida es conflicto, tensión, frustración y desilusión
perpetuos. Los sufrimientos se acumulan, lo mismo que los temores y el hastío.
Cuanto más se debate la mosca para salir de la miel, más se adhiere. Bajo la
presión de tanta tensión y futilidad no es de extrañar en absoluto que todos
los hombres busquen liberación en la violencia y el sensacionalismo, así como
en la temeraria explotación de sus cuerpos, sus apetitos, el mundo material y
su prójimo. Lo que esto debe de añadir a los dolores necesarios e inevitables
de la existencia es incalculable.
La
mente dividida se sienta a la mesa y picotea de un plato y de otro,
apresurándose sin digerir nada para encontrar uno de ellos mejor que el
anterior. Nada le parece bueno, porque en realidad, no saborea nada.
Por
otro lado, cuando usted se da cuenta de que vive en este momento, de que es
este ahora y ningún otro, de que aparte de éste no hay pasado ni futuro, debe
relajarse y saborearlo plenamente, tanto si es un momento de dolor como de
placer.
La
mente no dividida está libre de esta tensión de intentar siempre permanecer
fuera de uno mismo y estar en cualquier parte menos aquí y ahora. Cada momento
se vive completamente, y hay así una sensación de plenitud y totalidad.
Es evidente que todo existe para este momento. Es una danza, y cuando
bailas no intentas llegar a alguna parte.
El
significado y el objetivo de danzar es la danza. Igual que la música, se
realiza plenamente en cada momento de su curso. No se toca una sonata para
llegar al acorde final, y si el significado de las cosas estuviera simplemente
en los finales, los compositores sólo escribirían últimos movimientos.
Cuando
cada momento se convierte en una expectativa, la vida queda privada de
realización plena y se teme la muerte, pues parece que la expectación debe terminar.
Mientras hay vida, hay esperanza..., y si uno vive de la esperanza, la muerte
es realmente el fin.
Mas
para la mente no dividida, la muerte es otro momento, completo como todo
momento, y no puede ceder su secreto a menos que se viva plenamente...
La muerte
La
muerte es el epítome de la verdad de que en cada momento nos vemos lanzados a
lo desconocido. Cuando llega la muerte, ya no es posible seguir aferrándose a
la seguridad, y cuando el pasado y la seguridad se abandonan, tiene lugar la
renovación de la vida. La muerte es lo desconocido donde todos nosotros hemos
vivido antes de nacer.
Nada
es más creativo que la muerte, puesto que es todo el secreto de la vida.
Significa que es preciso abandonar el pasado, que lo desconocido no puede evitarse,
que el "Yo" no puede continuar y que, en última instancia, no puede
haber nada fijado. Cuando un hombre sabe esto, vive por primera vez en su vida.
Lee todo el aríiculo aquí: advaitainfo.com