miércoles, 18 de enero de 2017

LA PRÁCTICA DE LA MEDITACIÓN PARTE II / SENDA DIVINA ~ Swami Sivananda

HAIDAKHAN BABAJI

LA PRÁCTICA DE LA MEDITACIÓN 
PARTE II 

 ~ Swami Sivananda

 Algunas indicaciones útiles

No fuerces los ojos en la meditación. No fuerces la mente. No luches ni te pelees con la mente. Ésa es una seria equivocación. Muchos neófitos cometen este error grave. Y ésa es la razón por la que pronto se cansan. No hagas ningún esfuerzo violento por controlar la mente. Déjale, más bien, un poco de libertad durante un rato, permitiéndola que corra, se canse y se agote. La mente saltará al principio como un mono sin domesticar. Pero se calmará gradualmente hasta que puedas fijarla en tu Lakshia, (punto de concentración). No alejes voluntaria y violentamente los pensamientos intrusos. Permite que fluyan suavemente los pensamientos divinos. Los pensamientos viciosos se desvanecerán de ese modo por sí mismos.

Cuando empiezas a barrer una habitación que ha permanecido cerrada durante seis meses, salen de sus rincones todo tipo de porquerías. Igualmente durante la meditación, bajo la presión del Yoga y por la gracia de Dios, surgen a la superficie de la mente diversos tipos de impurezas. Elimínalos valientemente uno por uno por medio de métodos adecuados y de la práctica de sus virtudes contrarias. Cuando meditas y cuando desarrollas virtudes divinas o sáttuicas, se construye en la mente un camino espiritual. Si no eres regular en tu meditación, si mengua su desapasionamiento, y si te vuelves descuidado y no vigilas, este camino espiritual será barrido por la inundación de pensamientos impuros y de Vásanas negativos. Por tanto, sé regular en tu meditación. La regularidad en la meditación es de capital importancia.

Razones para el fracaso en la meditación

Siempre se oye una protesta entre los aspirantes: “He meditado durante los últimos doce años y no he hecho ningún progreso. No tengo ninguna Realización.” ¿Por qué es así? ¿Cuál es la razón de ello? Que no se han sumergido en la meditación profunda en lo más hondo de sus corazones. No han saturado adecuadamente su mente con pensamientos en Dios. No han llevado a cabo un Sádhana regular y sistemático. No han disciplinado los Indriyas perfectamente. No han recolectado los rayos de la mente que tienden hacia el exterior. No han hecho la autodeterminación: «Voy a realizarme en este mismo segundo.» No han entregado a Dios el cien por cien o el todo de su mente. Si quien medita tiene pensamientos divinos durante diez minutos y luego pensamientos mundanos y conflictivos durante los diez minutos siguientes, no tendrá éxito en alcanzar la conciencia divina. Debes correr tras un solo conejo con vigor, fortaleza y firmeza. Así podrás estar seguro de cogerlo. Debes albergar sólo pensamientos divinos durante todo el tiempo. EntOnces podrás estar seguro de
realizar pronto a Dios.

No debes precipitarte demasiado en anhelar los frutos en seguida ruando empieces a meditar. Una mujer joven dio ciento ocho vueltas al árbol Asvattha para tener descendencia e inmediatamente tocó su abdomen para ver si tenia ya o no el hijo en él. Eso es sencillamente una tontería, pues tendrá que esperar durante meses. Así mismo, si meditas por algún tiempo regularmente, tu mente madurará y alcanzarás eventualmente Atma-sakshatkara, o la realización del Ser. La prisa es enemiga de la perfección.

Experiencias en la meditación

Varias personas distintas tienen varias experiencias espirituales distintas en la meditación. No puede haber una experiencia común para todos. Depende del temperamento, del tipo de Sádhana, del lugar de concentración, y de varios otros factores. Algunos oyen sonidos melódicos en sus oídos. Otros ven luces. Algunos obtienen Ananda, o dicha espiritual. Otros obtienen ambas Prákasa y Ananda. Durante la meditación puedes experimentar que te estás elevando sobre el suelo. Algunos experimentan que incluso vuelan por los aires. Si tienes experiencias de destellos del Ser durante la meditación intensa, si contemplas una luz brillante durante la meditación, y si tienes visiones espirituales de ángeles, arcángeles, Rishis, Munis, Dévatas, o cualquier otra experiencia espiritual extraordinaria, no te eches atrás con terror. No los confundas con fantasmas. No interrumpas el Sádhana. Continúa. Persevera diligentemente. Rompe un velo tras otro.

Los aspirantes están ansiosos de tener experiencias espirituales en seguida. Pero en cuanto las experimentan, sienten miedo. Se alarman terriblemente cuando se alzan por encima de la consciencia física y se preguntan con temor si regresarán o no. ¿Por qué han de sentir ningún miedo? No importa mucho si van a regresar o no a la consciencia física. Todos nuestros intentos están dirigidos principalmente a salir de esta consciencia física. Estamos acostumbrados a ciertas limitaciones, y cuando éstas desaparecen repentinamente, sentimos como si no tuviésemos base alguna sobre la que apoyamos. Ésa es la razón por la que tememos cuando nos alzamos por encima de la consciencia física. Es una experiencia nueva para la que se necesita coraje. La valentía es un requisito indispensable.

A veces, te molestarán espíritus malignos. Puede que tengan rostros feos y fieros con largos dientes. Ahuyéntalos con tu voluntad fuerte. Ordénales: «Marchaos», y se irán. Son vampiros. Son elementales. No hacen ningún daño a los Sádhakas. Pero ahí se probará tu coraje. Si eres tímido, no podrás seguir adelante. Obtén fuerza y coraje, del Atman dentro de ti, que es la fuente inexhaustible. También te cruzarás con espíritus buenos que te ayudarán mucho según progreses. Durante la meditación, algunas de las visiones que veas son tus propios pensamientos materializados, mientras que algunas otras serán visiones reales y objetivas.

Si tu salud general es buena, si eres alegre, feliz y fuerte física y mentalmente, si tu mente es serena y firme, si obtienes Ananda en la meditación, y si tu voluntad se vuelve más fuerte, pura e irresistible, piensa que estás mejorando en la meditación y que todo va bien.

La meditación y el trabajo

Quien medita no es capaz de trabajar. Quien trabaja no es capaz de meditar. Eso no es equilibrio. Eso no es ecuanimidad. Los dos principios de la meditación y del trabajo deben estar equilibrados. Debes ser capaz, si estás dispuesto a seguir el mandato divino, de aceptar cualquier tarea que se te ofrezca, incluso un trabajo estupendo, y abandonarlo al día siguiente con la misma quietud con que lo tomaste, sin sentir que la responsabilidad es tuya. Debes ser capaz de trabajar duramente en el mundo con gran esfuerzo, y una vez la tarea esté concluida, deberás ser capaz de encerrarte en una cueva en reclusión absoluta durante mucho tiempo con una gran paz de mente. Eso es equilibrio. Ésa es la verdadera fortaleza.

Qué ocurre durante la meditación

Durante la meditación se forman nuevos surcos en el cerebro y la mente asciende por nuevos derroteros espirituales. Cuando la mente se vuelve firme en la meditación, los glóbulos oculares quedan fijos también. Un yogui cuya mente está calmada tiene una mirada firme y no parpadea. Sus ojos son limpios, de color rojo o blanco puro. Cuando penetras en una meditación muy profunda y silenciosa, la respiración deja de producirse en las fosas nasales, aunque puede producirse algún movimiento lento y ocasional en los pulmones y en el abdomen. En la meditación profunda y continuada, el pensamiento cesa por completo, quedando sólo la idea única de (Aham Brahma-asmi» (Yo soy Brahman). Cuando también esta idea desaparece, se produce el Nirvikalpa Samadhi o la Sahaja-Advaita-nishta. Así como la sal se disuelve en el agua, la mente sáttvica se funde entonces en el silencio de Brahman, su substrato.

Beneficios de la meditación

La meditación actúa como un tónico poderoso. La energía divina fluye libremente de los pies del Señor a los distintos organismos de los Sádhakas. Las vibraciones sagradas penetran en todas las células del cuerpo y curan todas las enfermedades de éste. Quienes meditan se ahorran las facturas de los médicos. La meditación ayuda mucho a eliminar diversas emociones e impulsos. Si puedes controlar tus emociones y humores, no cometerás acciones tontas ni equivocadas. Si das cuerda al reloj por la noche, funciona sin parar durante veinticuatro horas seguidas. De igual modo, si meditas durante una o dos horas en el Brahma Muhurta (Período de una hora y media antes del amanecer), serás capaz de trabajar sosegadamente durante el día. Nada podrá perturbar tu mente. Todo tu organismo estará cargado con las vibraciones espirituales o las ondas divinas.

La meditación regular abre las avenidas del conocimiento intuitivo, vuelve a la mente calmada y firme, despierta un sentimiento estático y pone al estudiante yógico en contacto con la fuente del Supremo Purusha. Si hay dudas, estas se esclarecen por si mismas al avanzar firmemente por el sendero del Dhyana Yoga (Yoga de meditación). La meditación desarrolla pensamientos fuertes y puros. Las imágenes mentales son entonces claras y bien definidas. Los pensamientos buenos están bien arraigados. Al esclarecerse las ideas, se desvanece la confusión. Descubrirás por ti mismo el modo de afianzarte sobre el siguiente escalón de la escalera espiritual. Una voz interna y misteriosa te guiará. Escúchala atentamente. El fuego de la meditación aniquila toda impureza debida al vicio. Entonces llega pronto el conocimiento o la sabiduría divina, que conduce directamente a la emancipación final (Mukti). Medita. Medita. No pierdas un solo segundo. La meditación eliminará todas las aflicciones de la vida. Éste es el único camino.