domingo, 15 de enero de 2017

LA PRÁCTICA DE LA MEDITACIÓN PARTE I / SENDA DIVINA ~ Swami Sivananda


LA PRÁCTICA DE LA MEDITACIÓN
PARTE I
~ Swami Sivananda

Llevar una vida virtuosa no es en si suficiente para alcanzar la realización de Dios.
La concentración de la mente es absolutamente necesaria. Una vida buena y virtuosa sólo prepara la mente como un instrumento adecuado para la concentración y la meditación. Son éstas las que conducen eventualmente a la realización del Ser.
Sin la ayuda de la meditación no puedes lograr el conocimiento del Ser, sin cuya ayuda no puedes alzarte hasta el estado divino. Y sin este, a su vez, no puedes librarte de las trabas de la mente y alcanzar la inmortalidad.
La meditación es el único camino real hacia el logro de la salvación (Moksha). Es una escalera misteriosa que conduce de la tierra al cielo, del dolor a la dicha, de la inquietud a la paz perenne, de la ignorancia al conocimiento, y de la mortalidad a la inmortalidad.

¿Qué es la meditación?

La meditación es mantener un fluido constante de la consciencia hacia Dios. Todos los pensamientos se expulsan de la mente, la cual se llena y satura de pensamientos divinos, de la gloria divina y de la presencia divina. La meditación es la séptima etapa o escalón en la escalera del Yoga. Los Yogis la llaman Dhyana. Los Jnanis la denominan Nididdhyásana. Los Bhaktas la nombran Bhávana.

Olvida el cuerpo. Olvida tu entorno. Olvidar es el Sádhana más elevado. Ayuda mucho en la meditación y facilita la aproximación a Dios. Acordándote de Dios, puedes olvidar todas las demás cosas. 
Jesús dice: «Vacíate y yo te llenaré.» Esto corresponde a la enseñanza de Patanyali Maharshi: «El Yoga consiste en la aniquilación de todas las funciones mentales.»
Este proceso de vaciar o dejar la mente en blanco es, sin duda, una disciplina de entrenamiento, aunque no cabe duda de que una práctica continuada, de cualquier tipo que sea, conduce al éxito. En una gran ciudad hay mucho ruido y bullicio a las ocho de la tarde. A las nueve ya no hay tanto. A las diez de la noche se reduce aún más, ya las once mucho más aún. A la una de la madrugada hay paz en todas partes. De igual modo, al principio de las prácticas yógicas hay continuos Vrittis (pensamientos) en la mente. Gradualmente, las olas del pensamiento se amainan, hasta que, al final, todas las manifestaciones mentales se controlan. El Yogi disfruta entonces de una paz perfecta.

Cómo practicar la meditación

Siéntate en un lugar solitario en Padma, Siddha o Sukha Asana (posturas para meditar). Libérate de todas las pasiones, emociones e impulsos. Subyuga los sentidos. Abstrae la mente de los objetos. La mente estará entonces calmada, fija en un punto, pura y sutil. Con ayuda de este instrumento entrenado que es la mente disciplinada, contempla al Ser Infinito. No pienses en ninguna otra cosa. No dejes que penetre en tu mente ningún pensamiento mundano. No dejes pensar a la mente en ningún goce físico o mental. Cuando abrigue estos pensamientos, dale un buen martillazo. Entonces tenderá hacia Dios. Así como el Ganga fluye continuamente hacia el mar, los pensamientos en Dios deben fluir continuamente hacia el Señor. Igual que el aceite fluye al ser venido de una jarra a otra, formando un chorro ininterrumpido y continuo, e igual que el sonido armónico del doblar de las campanas llega hasta el oído en una corriente continua, así también debe fluir la mente hacia Dios como una corriente ininterrumpida.

Has de tener una imagen mental de Dios o de Brahman, ya sea concreta o abstracta, antes de comenzar a meditar. Si eres un neófito en la meditación, empieza por repetir algunos versos sagrados (Slokas o Stotras) e himnos sublimes durante diez minutos tan pronto como te sientes a meditar. Eso elevará la mente, que podrá abstraerse entonces fácilmente de los objetos mundanos. Interrumpe luego también este tipo de pensamiento y fija la mente sólo en una idea por medio de grandes y repetidos esfuerzos. Entonces se producirá Nishta, (la mente se establecerá en la meditación).
Cuando enciendes un fuego, reúnes algo de paja, pedazos de papel y trozos finos de madera. Pero el fuego se extingue rápidamente y tienes que soplar le varias veces con el fuelle. Poco después, se convierte en un gran fuego que difícilmente puedes apagar. Del mismo modo, al principio de la meditación, los neófitos se distraen y vuelven a sus viejos derroteros. Tendrán que elevar su mente una y otra vez, fijándola en el punto de concentración (Lakshia). Cuando ésta se vuelve firme y profunda, se establecen eventualmente en Dios. La meditación se vuelve entonces natural, (Sahaja).

Ayudas en la meditación

Para meditar necesitas tener un intelecto calmado, claro, puro, sutil, agudo, firme y fijo en un punto. Brahman es puro y sutil, por lo que necesitas una mente pura y sutil para aproximarte a Él.

Si prendes fuego a un madero verde, no puede quemarse; mientras que si pones al fuego un trozo de madera seca, en seguida prenderá y se quemará. De igual modo, quienes no han purificado su mente no serán capaces de encender el fuego de la meditación. Cuando se sienten a meditar se dedicarán a dormir y a soñar, o a construir castillos en el aire. Pero quienes han eliminado las impurezas de su mente por medio del Japa (la repetición del nombre de Dios o de un mantra), el servicio, la caridad, el Pranayama etc., penetrarán en la meditación profunda en cuanto se sienten a meditar. La mente pura y madura prenderá en seguida con el fuego de la meditación.

Practica la meditación en el Brahma Muhurta (Período de una hora y media antes del amanecer). Éste es el mejor momento para meditar. Tendrás una mente clara y calmada en las horas tempranas de la mañana. La mente es en ese momento como una hoja blanca de papel o como una tarjeta en blanco, y estará relativamente libre de Samskaras, (impresiones). La mente puede ser moldeada como quieras fácilmente con pensamientos divinos. Hay entonces una influencia espiritual y un silencio misterioso. Todos los santos y Yogis practican la meditación a esa hora y envían sus vibraciones espirituales al mundo entero. Te beneficiarán sus vibraciones si comienzas tu oración. Japa y meditación a esa hora. Necesitas esforzarte, pues el estado meditativo de la mente llega por sí solo.

Practica la meditación regular y sistemáticamente a la misma hora todos los días. Tendrás entonces fácilmente el espíritu meditativo. Un lugar solitario con condiciones y vibraciones espirituales, un lugar fresco y  sáttuico con un clima templado, como Uttarkashi. Rishikesh, Lakshmanyhula, Kankhal, Badrinaraian, es un requisito indispensable para la concentración de la mente y la meditación. Las orillas del Ganga o el Nármada (Ríos de India), el paisaje de los Himalayas, los jardines floreados y agradables, los templos sagrados, éstos son los lugares que elevan la mente en la concentración y la meditación. Acude a ellos.

Sólo puedes meditar cuando la mente está por encima de toda ansiedad. Se debe suspender toda actividad física, y todo apego debe ser aniquilado por completo y sin piedad durante cinco o seis años si deseas practicar el Dhyana Yoga (Yoga de meditación) y si quieres realizar a Dios por medio de la concentración de la mente. El leer periódicos y mantener correspondencia con amigos y parientes ha de interrumpirse por completo. pues distraen la mente y fortalecen la idea del mundo. La reclusión por un periodo de cinco a seis años es indispensable.
 Se continúa en el segunda parte