martes, 23 de febrero de 2016

El mejor discurso por Swami Sivananda


El mejor discurso
  por Swami Sivananda

Cambia tú mismo antes de querer cambiar a otros. Refórmate tú mismo antes de tratar de reformar a otros.

Este mundo es siempre una mezcla de bien y mal. Es torcido como la cola de un perro. Muchos Avataras, muchos profetas nacieron para corregirlo, pero sigue torcido como antes. Nada curará al mundo. ¿Por qué te preocupas? Corrígete tú mismo primero. Trasciende el mundo.

Si un hombre tímido da una conferencia sobre coraje, no producirá la más mínima influencia en la mente de los oyentes, pero si un hombre de coraje da un discurso sobre coraje, ciertamente producirá una tremenda influencia. Sólo puedes hablar de aquello que hayas practicado. Es fácil predicar. Un grano de práctica es mejor que toneladas de teoría.

Es mejor que observes silencio (Mauna) por un tiempo en reclusión y trates de evolucionar. Después de la purificación, puedes hacer maravillas en corto tiempo.

El Señor Jesús hizo su trabajo en 2 ½ años pero estuvo en reclusión por un período de doce años.

Lleva un largo tiempo vencer a la naturaleza inferior y obtener purificación. No sirve de nada aparecer en un escenario o plataforma sin haber logrado algo sustancial. 

Es sólo el tonto el que usa su conocimiento de las escrituras para vanas discusiones y debates, el que usa su fuerza y poder para luchar con otros o su dinero para cosas inútiles. Un hombre sabio utiliza su conocimiento para lograr la realización del Ser e impartir instrucciones a otros, su fuerza para proteger al débil y oprimido, su riqueza para hacer caridad a personas que lo merezcan.

Tendrás que encender el fuego espiritual interior y desarrollar un ardiente espíritu de servicio desinteresado. Deberás hacer Sadhana rigurosa y aparecer en el estrado después de algunos años. Sólo entonces podrás producir una impresión profunda y duradera en la mente de la gente. De otro modo, tus conferencias serán como disparos de balas vacías.

Durante las conferencias, hay sólo un leve despertar espiritual y un entusiasmo pasajero. Los efectos no son duraderos. Los nervios de los oyentes y sus emociones son estimulados momentáneamente. Ellos experimentan una leve elevación mental por algunas horas.

Un maestro espiritual puede hacer mayor y mejor trabajo teniendo conversaciones personales con los verdaderos aspirantes sedientos. Pero tampoco deben ignorarse las conferencias. Las masas que tienen oportunidad de ver a Mahatmas se benefician mediante sus discursos y actividades de difusión.