Tú mismo has creado tu propia esclavitud por medio de tus deseos, apegos, egoísmo y anhelos, pero gritas pidiendo la emancipación.
El apego es el arma más poderosa de Maya para atar a las Jivas a la rueda samsárica de nacimientos y muertes.
Nunca
vendrías a este mundo si no tuvieses ningún apego hacia algo.
El primer
apego surge con el cuerpo físico, y de él parten todos los demás
apegos.
La identificación del Ser con el cuerpo se extiende a cuanto está conectado con éste, como la esposa, los hijos, el hogar, el padre, la madre, la hermana, etc., centuplicándose así las preocupaciones. Tendrás que cuidar a todas esas personas. Y también tendrás que cuidar de los juguetes de tu hijo, pues están conectados con él. No tienen fin todas estas preocupaciones e inquietudes.
La identificación del Ser con el cuerpo se extiende a cuanto está conectado con éste, como la esposa, los hijos, el hogar, el padre, la madre, la hermana, etc., centuplicándose así las preocupaciones. Tendrás que cuidar a todas esas personas. Y también tendrás que cuidar de los juguetes de tu hijo, pues están conectados con él. No tienen fin todas estas preocupaciones e inquietudes.
El
hombre crea por sí mismo todas estas preocupaciones. No hay que culpar a
nadie. De igual modo que el gusano de seda y la araña crean con su
propia saliva el nido o la tela que servirán para su propia destrucción,
así también, el hombre crea todas estas preocupaciones e inquietudes,
por su propia ignorancia, las cuales servirán para su propia
destrucción.
El juego de la mente
La
mente es la causa tanto de la esclavitud como de la salvación del
hombre.
La mente tiene dos aspectos: uno es el discriminativo, y el otro
el imaginativo. La mente, en su aspecto discriminativo, se libera de la
esclavitud y alcanza la emancipación, (Moksha). En su aspecto
imaginativo, se esclaviza a si misma a este mundo.
Es la mente la que esclaviza al hombre a este mundo. Donde no hay mente, no hay esclavitud.
La mente imagina, por medio de la irreflexión y la ignorancia, que el alma ha sido confinada y enjaulada en este cuerpo, creyéndola, pues, sumida en la esclavitud. La mente se identifica con el alma individual, o Jivatman, sintiéndose como individuo, por lo que exclama: «Estoy sumido en la esclavitud.»
Es la mente la que esclaviza al hombre a este mundo. Donde no hay mente, no hay esclavitud.
La mente imagina, por medio de la irreflexión y la ignorancia, que el alma ha sido confinada y enjaulada en este cuerpo, creyéndola, pues, sumida en la esclavitud. La mente se identifica con el alma individual, o Jivatman, sintiéndose como individuo, por lo que exclama: «Estoy sumido en la esclavitud.»
La
mente egoísta es la raíz de la esclavitud. La mente no egoísta es la
raíz de Liberación (Moksha).
Cuando no existe la idea del ´Yo´ o el egoísmo, hay liberación. Cuando existe la idea del ´Yo´ o el egoísmo, hay esclavitud, o nacimiento y muerte.
Cuando no existe la idea del ´Yo´ o el egoísmo, hay liberación. Cuando existe la idea del ´Yo´ o el egoísmo, hay esclavitud, o nacimiento y muerte.
Existe esclavitud cuando la mente se
apega a cualquier objeto u órgano sensorial. Existe liberación cuando la
mente no se apega a ningún objeto u órgano sensorial.
Existe esclavitud
cuando la mente desea o anhela algo, cuando acepta o rechaza algo,
cuando se siente feliz o triste por algo. Existe liberación cuando la
mente no desea, ni rechaza, ni acepta, ni se siente feliz ni triste.
La libertad y felicidad verdaderas
La verdadera Suarayia no es de un orden meramente político o económico, aunque la libertad política y económica es esencial para el bienestar de las personas. La verdadera Suarayia es el domino sobre uno mismo, o Atma-Suarayia. Es la inmortalidad. Es la perfección. Sólo puede obtenerse por etapas lentas y dolorosas.
Trasciende el tiempo y alcanza la eternidad. Eso es libertad o emancipación. Aquieta la mente. Ahí yace la libertad y la dicha eternas.
La verdadera libertad es la liberación de los pensamientos y de las atracciones y aversiones.
La verdadera libertad es la liberación de la pasión, la ira, la avaricia, etc..
La libertad yace en la disolución de la mente.
La verdadera libertad es la liberación del nacimiento y la muerte.
La verdadera libertad es la liberación de las trabas de la carne y la mente.
La verdadera libertad es la liberación de los lazos del Karma. La verdadera libertad es la liberación del apego al cuerpo y demás.
La verdadera libertad es la liberación del egoísmo y los deseos.
La verdadera libertad es la identificación con el Ser Supremo.
La verdadera libertad es la realización del Ser.
La verdadera libertad es fundirse en lo Absoluto.
La libertad yace en el desapego. La libertad yace en la carencia de deseos.
La libertad yace en la disolución de la mente. La erradicación y aniquilación de los deseos conduce al sublime estado de la dicha suprema y la libertad perfecta.
Paz, Luz y Amor
extracto del libro de Swami Sivananda, SENDA DIVINA