La Conciencia de Sí
mismo, la medicina de la paz y la dicha eterna
Nuestro ego se ha ido desarrollando por su contacto con
los objetos sensoriales. Es por eso que su tendencia natural es la de correr
hacia fuera en el mundo de los objetos para tener algún tipo de experiencia
sensorial. Es adictivo a los placeres creados por el contacto de la mente con
las percepciones sensoriales. Esta tendencia hacia el exterior del ego hace que
nuestra mente y la atención se muevan juntas con el ego hacia el exterior. La
atención que es la luz de la conciencia se refleja en buddhi (intelecto)
y hace posible la percepción y la experiencia de las cualidades de los objetos.
Debido a la naturaleza deseosa del ego nuestra mente es sobre todo extrovertida, moviéndose de un sentido a otro y de un objeto a otro. Como un mono siempre se está moviendo de aquí para allá en busca de nuevas experiencias placenteras o repetir aquello a lo que es adictivo. Sólo por un tiempo se relaja y se tranquiliza, al tiempo que disfruta de su objeto deseable; debido al hecho de que la mente se calma y se enfoca en el momento del disfrute de un objeto deseable tenemos la oportunidad de experimentar junto con el placer cierto grado de felicidad, alegría y paz que no vienen del objeto, sino de nuestra Alma. Cuando la mente se vuelve aquietada y enfocada refleja de forma natural la paz y la dicha de nuestra alma, pero debido a la falta de discernimiento no somos capaces de reconocer esto y creemos que nos sentimos felices y contentos por la experiencia sensorial placentera.
Por lo tanto, la mente es predominantemente extrovertida debido a los impulsos del ego que busca mejores y más intensas experiencias placenteras en el mundo. El movimiento del ego es hacia abajo y hacia afuera. Esta actitud se apoya en los gunas (cualidades) rajas y tamas. Tamas oculta nuestro verdadero Ser o Sí mismo y arrastra nuestra atención hacia el cuerpo denso y el ego, y rajas causa la extroversión, el movimiento, la distracción y la pasión en la mente. Si queremos experimentar la paz, la felicidad y la libertad de nuestra verdadera naturaleza tenemos que dirigir nuestra atención y mente en la dirección opuesta, hacia adentro y hacia arriba. Para lograrlo hay que purificar nuestra mente de tamas y rajas, disolver las tendencias egoicas y practicar la meditación.
Nuestro ego quiere experiencias sensoriales placenteras pero nuestro ser más profundo quiere armonía, felicidad, libertad, amor, paz. Nuestro ego por naturaleza quiere correr siempre hacia el exterior, hacia los objetos y esta tendencia del ego mantiene nuestra atención y la mente también hacia el exterior, en movimiento y distracción, disipando así nuestra energía y provocando desequilibrios, sufrimiento emocional y enfermedades.
Cuando oímos la buena noticia de que la felicidad, la libertad, el amor y la paz se pueden encontrar en nuestro corazón ya estamos fuertemente condicionados por las tendencias y patrones egoicos. Debido a la fuerza de la costumbre y la acumulación de los gunas rajas y tamas nuestro ego impulsa fuerte y compulsivamente nuestra mente y atención hacia los objetos. El ego tiene una enorme capacidad de identificarse con los objetos y sus representaciones mentales (pensamientos, imágenes) y se proyecta sobre ellos por el poder de la imaginación del placer ilusorio o sensaciones agradables que espera disfrutar. Mediante la identificación y la proyección el ego manipula nuestro Buddhi y lo utiliza como le place. El intelecto (Buddhi) es la parte más alta de la mente que normalmente debería ser el auriga (conductor del carro) de la mente y los sentidos.
Debido a la naturaleza deseosa del ego nuestra mente es sobre todo extrovertida, moviéndose de un sentido a otro y de un objeto a otro. Como un mono siempre se está moviendo de aquí para allá en busca de nuevas experiencias placenteras o repetir aquello a lo que es adictivo. Sólo por un tiempo se relaja y se tranquiliza, al tiempo que disfruta de su objeto deseable; debido al hecho de que la mente se calma y se enfoca en el momento del disfrute de un objeto deseable tenemos la oportunidad de experimentar junto con el placer cierto grado de felicidad, alegría y paz que no vienen del objeto, sino de nuestra Alma. Cuando la mente se vuelve aquietada y enfocada refleja de forma natural la paz y la dicha de nuestra alma, pero debido a la falta de discernimiento no somos capaces de reconocer esto y creemos que nos sentimos felices y contentos por la experiencia sensorial placentera.
Por lo tanto, la mente es predominantemente extrovertida debido a los impulsos del ego que busca mejores y más intensas experiencias placenteras en el mundo. El movimiento del ego es hacia abajo y hacia afuera. Esta actitud se apoya en los gunas (cualidades) rajas y tamas. Tamas oculta nuestro verdadero Ser o Sí mismo y arrastra nuestra atención hacia el cuerpo denso y el ego, y rajas causa la extroversión, el movimiento, la distracción y la pasión en la mente. Si queremos experimentar la paz, la felicidad y la libertad de nuestra verdadera naturaleza tenemos que dirigir nuestra atención y mente en la dirección opuesta, hacia adentro y hacia arriba. Para lograrlo hay que purificar nuestra mente de tamas y rajas, disolver las tendencias egoicas y practicar la meditación.
Nuestro ego quiere experiencias sensoriales placenteras pero nuestro ser más profundo quiere armonía, felicidad, libertad, amor, paz. Nuestro ego por naturaleza quiere correr siempre hacia el exterior, hacia los objetos y esta tendencia del ego mantiene nuestra atención y la mente también hacia el exterior, en movimiento y distracción, disipando así nuestra energía y provocando desequilibrios, sufrimiento emocional y enfermedades.
Cuando oímos la buena noticia de que la felicidad, la libertad, el amor y la paz se pueden encontrar en nuestro corazón ya estamos fuertemente condicionados por las tendencias y patrones egoicos. Debido a la fuerza de la costumbre y la acumulación de los gunas rajas y tamas nuestro ego impulsa fuerte y compulsivamente nuestra mente y atención hacia los objetos. El ego tiene una enorme capacidad de identificarse con los objetos y sus representaciones mentales (pensamientos, imágenes) y se proyecta sobre ellos por el poder de la imaginación del placer ilusorio o sensaciones agradables que espera disfrutar. Mediante la identificación y la proyección el ego manipula nuestro Buddhi y lo utiliza como le place. El intelecto (Buddhi) es la parte más alta de la mente que normalmente debería ser el auriga (conductor del carro) de la mente y los sentidos.
Esto se simboliza en esta imagen de Arjuna y Krishna en
medio de la batalla
El auriga (Arjuna) simboliza el Buddhi sáttvico
(no el buddhi impuro que es la condición de la mayoría de los seres
humanos) que tiene el control sobre el cuerpo (el carro), la mente-manas (las
riendas) y los sentidos (los caballos) y que lucha para matar las tendencias y
patrones egoicos. Sri Krishna simboliza la Consciencia Pura, que empodera al Buddhi
y permanece como el testigo de esta batalla interior entre el Yo superior (el Buddhi
sáttvico dotado con el reflejo de la Consciencia) contra el yo inferior
impuro (la mente y ego rajotamásicos). El campo externo de batalla en la que
acontece la lucha entre Arjuna (Buddhi sáttvico) y sus parientes (los
innumerables egos), simboliza el campo de batalla interno, que es la lucha
entre el Yo superior contra el yo inferior, que es un agregado de innumerables
tendencias egoístas, (deseos, ira, miedo, codicia, impaciencia, arrogancia,
orgullo, envidia, celos, depresión, gustos, disgustos, atracción-repulsión o
aversión). Esta es la gran batalla de la vida entre las energías inconscientes
más bajas y las energías de la luz (Consciencia).
El ego, con sus innumerables expresiones se simboliza en
la mitología griega como la Medusa, que se describe como una mujer humana alada
con una cara terrible y con serpientes venenosas vivientes en lugar de
cabellos. Perseo (el Yo superior, el buddhi sáttvico) es el héroe griego
que mató a la medusa (el ego) y la Diosa Athenea simboliza la Consciencia
inteligente que ayuda a Perseo a matar al ego.
Sin embargo, debido al gran desarrollo del ego nuestro buddhi
(intelecto) en vez de ser el conductor del carro de la mente inferior, los
instintos y el ego se ha convertido en su sirviente. El buddhi
(intelecto) es utilizado por el ego para inventar innumerables formas de
entretenimiento y experiencias placenteras. Nuestra civilización moderna sólo
es una industria que crea innumerables objetos y formas para la satisfacción
sensorial.
Por lo tanto, aunque hemos oído que la felicidad, la
plenitud y la libertad se encuentran en nuestro corazón donde brilla nuestra
verdadera naturaleza y que para experimentarlas sólo tenemos que dirigir
nuestra mente y atención hacia ello, lo encontramos extremadamente difícil
debido al hábito que dirige compulsivamente nuestra atención hacia el exterior
y la resistencia del ego que quiere seguir experimentando el placer a través de
objetos y especialmente el placer sexual, la comida y cualquier otra sustancia
que consumimos a través de la boca.
Estamos en una situación en la que una parte de nosotros
quiere la felicidad, la libertad, la plenitud y la otra (el ego deseoso)
placeres sensoriales. Queremos impulsar nuestra atención y la mente hacia
adentro, hacia nuestra esencia y el ego compulsivamente las conduce hacia el
exterior a través de las avenidas de los sentidos. El ego no quiere abandonar
sus placeres de ninguna manera. Por otra parte el ego intenta todo lo posible
para engañar y convencernos de que hay que seguir dándole permiso para tener
los mismos placeres que solía tener hasta ahora. También trata de crear gran
cantidad de sufrimiento emocional con el fin de decepcionarnos y hacer que
abandonemos nuestro esfuerzo y práctica para realizar nuestra belleza, libertad
y felicidad eternas.
Así, el punto central de la espiritualidad es hacer que
la mente sea introvertida. La mente puede ser fácilmente introvertida si
nuestro ego estuviera dispuesto a abandonar los placeres sensoriales; pero esto
no es natural para el ego, ya que el ego ha sido desarrollado por la repetición
de las experiencias placenteras, ya que la naturaleza innata del ego es la
búsqueda de experiencias sensoriales y placer. Así que no podemos esperar que
el ego dejará de buscar el contacto con los objetos y la experiencia de los
placeres.
Por lo tanto, con el fin de hacer que la mente se vuelva
hacia adentro tenemos que encontrar maneras de conquistar nuestra mente
inferior egoica y finalmente disolverla. Nuestro esfuerzo en todo momento es
evitar la identificación con los patrones mentales y emocionales egoicos y
mantener nuestra atención bajo control consciente. El ego continuamente intenta
robar nuestra atención y hacer que nos identifiquemos con algún patrón mental y
emocional o un objeto externo y nuestro trabajo es ser conscientes de este
proceso del ego, para evitarlo y utilizar nuestra mente y atención
conscientemente y dirigirlas hacia nuestra esencia que es el inamovible
sustrato silencioso de todas las experiencias.
Nuestro objetivo más importante en la espiritualidad es
evitar la identificación con el yo egoico y el olvido de nuestro verdadero Ser.
El olvido es la muerte real, dice el gran Advaitin Jñani Adisankaracharya en su libro Vivekachudamani. Todos nuestros problemas se
basan en el olvido y la identificación con el yo egoico que siempre busca los
placeres en el mundo de los sentidos.
Adisankaracharya |
"80. Aquél que ha matado al tiburón del deseo con la espada de la emancipación espiritual, después de haberse liberado de la pasión; no encontrará ningún obstáculo para atravesar el océano del Samsara.
81. Has de saber que la muerte le sobreviene rápidamente
al hombre necio que camina por los terribles senderos del placer sensual.
Mientras aquel que camina siguiendo las instrucciones y los buenos consejos de
un verdadero Gurú (Satguru) entregándose en su servicio, alcanza su meta
final; de esto puedes estar seguro.
82. Si de verdad tienes un profundo anhelo por alcanzar
la liberación, apártate de los objetos de los sentidos como si se tratase de
veneno, y cultiva cuidadosamente las virtudes del néctar de la alegría, la
compasión, el perdón, la firme determinación, la calma y el auto-control.
321. Jamás se debe descuidar la constante atención a
Brahman. Bhagavan Sanatkumara, que es el hijo de Brahma, ha dicho que el
descuido es la muerte misma.''
~ Vivekachudamani de
Adisankaracharya
Por lo tanto la medicina preventiva es el Auto-recuerdo (recuerdo del Ser) y el cese de la identificación con el ego y sus innumerables patrones o tendencias; el Auto-recuerdo significa permanecer conscientemente en nuestra esencia (nuestro verdadero Ser), girando nuestra atención y la mente hacia ella. Sin embargo, para hacer esto hay que recordarlo, por eso lo llamamos Auto-recuerdo que es un término sinónimo de Auto-conciencia o conciencia de Sí mismo.
Todas las otras prácticas que hacemos, tienen como centro y objetivo principal el cese de la identificación y el desarrollo de la conciencia de Sí mismo. No podemos tener ningún progreso real en la meditación y la experiencia de una mayor y permanente paz y felicidad si continuamos identificados con el yo egoico. No podemos observar y descubrir los trucos y tendencias del ego y ser libres de ellos si siempre estamos identificados con él. Una cierta distancia es necesaria con el fin de observar los patrones psicológicos, para entender cómo funcionan, ver cómo nos mantienen bajo su dominio y cómo roban nuestra atención. El siguiente paso es llevar a cabo ciertos métodos o técnicas que eliminen estos patrones de nuestra psique. La disolución de cada tendencia del ego crea más espacio libre en nosotros y nos da más libertad para mantenernos desapegados de los patrones egoicos y más en la conciencia de Sí mismo.
Este es un proceso doble. Cuantas más tendencias egoicas disolvamos más podemos seguir estando alertas, vigilantes, desapegados y Auto-conscientes (conscientes de Sí mismo); y cuanta más Auto-conciencia desarrollamos más seremos capaces de evitar la identificación con el yo egoico, permanecer como observadores desapegados de los patrones egoicos y disolverlos con los medios adecuados, ya sea a cada momento durante el día o aplicando cada mañana y tarde o cualquier otra parte del día que tenga tiempo algún método específico para la disolución de las tendencias egoicas.
Todo el proceso del yoga o auto-conocimiento es liberar nuestra mente de lo que la mantiene extrovertida y apegada a las experiencias sensoriales y los placeres sensuales; es entrenar nuestra mente para que permanezca conscientemente en su fuente (la conciencia) y observe con desapasionamiento los movimientos del yo egoico y se disuelvan las tendencias y energías egoicas. La tarea final es disolver las tendencias egoicas tanto como sea posible con el fin de ser capaces de hacer una profunda meditación o auto-indagación ininterrumpida por la cual la mente será absorbida totalmente en su origen (la conciencia). En la profunda absorción prolongada (Nirvikalpa Samadhi) el ego se disuelve por completo y para siempre y así nos establecemos en nuestra verdadera naturaleza; vivimos en la Unidad con nuestra Belleza eterna experimentando sin esfuerzo la paz y la dicha eterna. Aquel que está libre de ego y su mente está establecida en su origen (Conciencia, Atman, Brahman) es un liberado (Jivanmukta), está libre del placer y del dolor ¡y experimenta siempre la paz y dicha eternas!
Por lo tanto la medicina preventiva es el Auto-recuerdo (recuerdo del Ser) y el cese de la identificación con el ego y sus innumerables patrones o tendencias; el Auto-recuerdo significa permanecer conscientemente en nuestra esencia (nuestro verdadero Ser), girando nuestra atención y la mente hacia ella. Sin embargo, para hacer esto hay que recordarlo, por eso lo llamamos Auto-recuerdo que es un término sinónimo de Auto-conciencia o conciencia de Sí mismo.
Todas las otras prácticas que hacemos, tienen como centro y objetivo principal el cese de la identificación y el desarrollo de la conciencia de Sí mismo. No podemos tener ningún progreso real en la meditación y la experiencia de una mayor y permanente paz y felicidad si continuamos identificados con el yo egoico. No podemos observar y descubrir los trucos y tendencias del ego y ser libres de ellos si siempre estamos identificados con él. Una cierta distancia es necesaria con el fin de observar los patrones psicológicos, para entender cómo funcionan, ver cómo nos mantienen bajo su dominio y cómo roban nuestra atención. El siguiente paso es llevar a cabo ciertos métodos o técnicas que eliminen estos patrones de nuestra psique. La disolución de cada tendencia del ego crea más espacio libre en nosotros y nos da más libertad para mantenernos desapegados de los patrones egoicos y más en la conciencia de Sí mismo.
Este es un proceso doble. Cuantas más tendencias egoicas disolvamos más podemos seguir estando alertas, vigilantes, desapegados y Auto-conscientes (conscientes de Sí mismo); y cuanta más Auto-conciencia desarrollamos más seremos capaces de evitar la identificación con el yo egoico, permanecer como observadores desapegados de los patrones egoicos y disolverlos con los medios adecuados, ya sea a cada momento durante el día o aplicando cada mañana y tarde o cualquier otra parte del día que tenga tiempo algún método específico para la disolución de las tendencias egoicas.
Todo el proceso del yoga o auto-conocimiento es liberar nuestra mente de lo que la mantiene extrovertida y apegada a las experiencias sensoriales y los placeres sensuales; es entrenar nuestra mente para que permanezca conscientemente en su fuente (la conciencia) y observe con desapasionamiento los movimientos del yo egoico y se disuelvan las tendencias y energías egoicas. La tarea final es disolver las tendencias egoicas tanto como sea posible con el fin de ser capaces de hacer una profunda meditación o auto-indagación ininterrumpida por la cual la mente será absorbida totalmente en su origen (la conciencia). En la profunda absorción prolongada (Nirvikalpa Samadhi) el ego se disuelve por completo y para siempre y así nos establecemos en nuestra verdadera naturaleza; vivimos en la Unidad con nuestra Belleza eterna experimentando sin esfuerzo la paz y la dicha eterna. Aquel que está libre de ego y su mente está establecida en su origen (Conciencia, Atman, Brahman) es un liberado (Jivanmukta), está libre del placer y del dolor ¡y experimenta siempre la paz y dicha eternas!
18. Los sabios miran de igual manera (con igualdad) a un erudito brahmin, a una vaca, a un elefante, a un perro y un paria.
19. Incluso aquí en este mundo el cautiverio del
nacimiento y la muerte es vencido por aquellos cuya mente permanece en
igualdad; Brahman es perfecto e idéntico en todos; por consiguiente, ellos
están establecidos en Brahman.
20. El conocedor de Brahman, el que está establecido en
Brahman, cuyo intelecto es firme y no está confundido, no se regocija al
recibir objetos agradables, ni se aflige cuando recibe objetos desagradables
(ecuanimidad).
21. Con el yo desapegado de los objetos externos él
descubre la felicidad en el Ser (Atman, Brahman); con el yo dedicado a la meditación
de Brahman alcanza la felicidad eterna.
22. Los placeres que nacen de los objetos sensorios y que
tienen principio y fin, son en realidad la causa de la miseria. Por eso, ¡oh
Arjuna!, los sabios no se regocijan en ellos.
23. En este mismo mundo, antes de liberarse del cuerpo,
aquel que resiste* los impulsos nacidos del deseo y la ira, es un Yogui y es un
hombre feliz.
Comentario: resiste*: no sólo resiste, sino que también ha disuelto el deseo y la ira de su psiquis. Véase más abajo en los versículos 26 y 28 que dice: "libre del deseo, el miedo y la ira"...
24. Aquel yogui cuya felicidad es interna, cuyo regocijo es interno, cuya iluminación es interna. se identifica con Brahman y alcanza la liberación absoluta (Moksha).
25. Aquellos cuyos pecados han sido destruidos, cuyas
dualidades (percepción de dualidades o experiencia de los pares de opuestos) se
han desvanecido, que han logrado el control mental y están dedicados al
bienestar de todos ― estos sabios obtienen la libertad absoluta (Moksha).
26. Para aquellos ascetas auto-controlados que están
libres del deseo y la ira, que han controlado sus pensamientos y que han
realizado el Sí mismo, la libertad absoluta (o la dicha de Brahma) existe en
todas partes.
27. Apartando la percepción de (todos) los objetos
externos y fijando la mirada en el entrecejo, manteniendo iguales las
respiraciones entrantes y salientes que se mueve dentro de las fosas nasales,
28. Con los sentidos, la mente y el intelecto siempre
controlados, teniendo la liberación como su meta suprema, libre del deseo, el
miedo y la ira, el sabio se libera para siempre.
29. Aquel que Me conoce como el disfrutador de
sacrificios y austeridades, el gran Señor de todos los mundos, y el amigo de
todos los seres, alcanza la paz.
De esta manera, en los Upanishads del glorioso Bhagavad Gita, la ciencia de lo
Eterno, la Escritura del Yoga, el diálogo entre Sri Krishna y Arjuna finaliza
el quinto discurso titulado:
"El Yoga de la Renuncia a la Acción"
Bolo Sri Krishna Bhagvane ki jai !
Jai Mahamaya ki Jai !
Bhole Baba ki jai !
FUENTE: ADVAITAINFO.COM