jueves, 2 de noviembre de 2017

La mente es la única causa de la atadura del hombre al igual que de su liberación ~ Vivekachudamani


La mente es la única causa de la atadura del hombre al igual que de su liberación

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La identificación con este cuerpo físico es la raíz de la miseria y la atadura al ciclo de nacimientos y muertes para aquella gente que está apegada a lo irreal; así pues, ten mucho cuidado y destruye esa ilusión. Una vez que se disipa esta identificación que es causada por la mente, ya no tenemos que volvernos a reencarnar.

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Esta envoltura material* (Annamaya Kosha) que se sustenta mediante la comida parece que tiene vida propia, pero esto es sólo debido a que está interpenetrada por la envoltura Prana (Pranamaya Kosha.
Commentario:
envoltura material* (Annamaya Kosha)*:
Las envolturas son cinco:  Annamaya Kosha, Pranamaya Kosha, Manomaya Kosha, Vijnamaya Kosha, Anandamaya Kosha.

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Tampoco esa envoltura de Prana* es el Atman, porque es tan sólo una modificación de Vayu* que como el aire entra y sale del cuerpo. No puede ser el Atman porque no puede diferenciar entre lo bueno y lo malo, ni para él ni para los demás; carece de voluntad y depende continuamente del Ser.
Commentario
prana*: La fuerza o energía vital
Vayu*: Este es el nombre que recibe el dios del viento y las tempestades. Pero en este caso se refiere al Prana-Vayu o la energía vital que contiene el aire (vayu significa literalmente “aire”)

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La envoltura mental la componen los órganos del conocimiento y la mente. Es en esta envoltura donde se registran los conceptos tales como: “Yo”, “Tú”, “Mío”, “Tuyo”, etcétera. Esta envoltura es poderosa y tiene la facultad de atribuirle nombres a todo. Se manifiesta como un poder que penetra la envoltura anterior, la envoltura vital.

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Esta envoltura mental es como un fuego de sacrificio que es alimentado por los diversos y numerosísimos deseos originados por los cinco órganos de los sentidos que sirven como los sacerdotes de la ceremonia. La llama del fuego es avivada por los objetos de los sentidos que son como una continua ofrenda de oblaciones. Y el resultado de este sacrificio es el universo fenoménico (como una proyección de la mente).ç

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La ignorancia (Avidya) no existe más que en la mente, porque la ignorancia no es más que la mente misma, que origina el apego y somete al Atman al ciclo de la transmigración. Cuando la mente desaparece, desaparece la ignorancia; y cuando la mente se manifiesta, se manifiesta su propia naturaleza, que es la ignorancia y la confusión.

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En los sueños no hay ningún contacto real con el mundo exterior. Es la mente la que crea el mundo entre el sujeto y los objetos y la relación entre ellos. Y es esto mismo lo que sucede cuando estamos despiertos, no hay ninguna diferencia. Por eso, todo este (universo fenomenal) es la proyección de la mente.
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La experiencia universal nos enseña que en el estado de sueño profundo, cuando la mente queda reducida a su estado causal61, para ese individuo que está dormido, nada existe. De lo cual podemos deducir que esa existencia relativa en la que el hombre vive, no es más que la creación de su propia mente y carece de realidad objetiva.

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De la misma forma que el viento trae las nubes y se las lleva también, es la mente la que causa la atadura del hombre, y será también la causa de su liberación cuando se vaya.

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Primero la mente crea en el hombre el apego por su propio cuerpo y por los demás objetos de los sentidos, lo cual le deja atado como una soga ata a un animal. Pero es esa misma mente la que más tarde crea en el individuo un fuerte sentimiento de desagrado por esos mismos objetos sensuales, poniendo en evidencia su volubilidad, su inconstancia y su falta de objetividad. El sufrimiento que provoca en el individuo, este constante desdoblamiento provocado por la dualidad mental, impulsa al individuo a buscar una realidad superior al comprobar que la mente no es digna de confianza.

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Así pues la mente es la única causa de la atadura del hombre al igual que de su liberación: cuando está bajo la influencia de los efectos de rajas conduce al hombre a la atadura, pero si se purifica de los efectos de rajas y tamas, sattva conduce a la mente hacia su disolución total en Brahman, y de esta forma el hombre obtiene la liberación.

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Perseverando en el recto discernimiento* (viveka) que le permite al hombre renunciar a las ilusiones creadas por su propia mente, obtiene inspiración suficiente para que dentro de él surja un profundo anhelo por alcanzar la liberación. Así pues, un verdadero buscador de la liberación debe antes que nada fortalecer estos dos aspectos: discernimiento* y renuncia*.
Commentario:
discernimiento*: Discernimiento entre lo Real y lo irreal; no se refiere a la inteligencia ni a la capacidad mental de discurrir sobre asuntos mundanos.
 renuncia*: Renuncia a lo irreal (al ego y la mente que son los causantes del apego); no se refiere a la renuncia a los objetos de este mundo o a los bienes materiales, pues son inocuos para aquel que ha realizado la verdadera renuncia.

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En la selva de los placeres sensuales mora un terrible tigre llamado mente: que los hombres buenos que anhelan profundamente alcanzar la liberación jamás vayan allí.
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La mente tiene una tremenda capacidad para producir continuamente todo tipo de deseos por los objetos de los sentidos, tanto densos como sutiles. Para el que ansía tener experiencias, la mente genera los distintos cuerpos, castas, modos de vida, lugares, y también todo tipo de actividades, cualidades, medios y resultados.

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Confundiendo así al Jiva, que no obstante permanece separado, puro e inteligente. Pero la mente le crea ataduras con este cuerpo físico, los órganos y los Pranas. Una vez que está confundido le hace vagar creándole una ilusoria identidad basada en las ideas del “Yo” y “lo Mío”, y lo somete a las diversas experiencias de placeres y sufrimientos que le sobrevienen como resultado de las acciones que ejecuta en ese estado de ignorancia.

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La causa de la transmigración del hombre es el Karma que ha acumulado debido al mal de la sobreimposición64 generada por la mente y únicamente por ella. La atadura a su propia mente es la causa de las miserias que experimenta el hombre carente de discernimiento que se encuentra bajo las influencias de rajas y tamas, permaneciendo sometido al ciclo de nacimientos y muertes.

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Es por eso que los sabios que han profundizado en este secreto han declarado que la mente es Avidya (ignorancia). Es ella la que causa el caos en el universo llevando al hombre de acá para allá igual que el viento empuja las masas de nubes.

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Así pues, el verdadero buscador de la liberación debe purificar su mente cuidadosamente, y una vez que quede purificada la liberación está tan al alcance como una fruta en la palma de su mano.

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