GUÍA PARA LA MEDITACIÓN
1. Ten una habitación de meditación separada
y bajo llave. Nunca permitas que otros entren a la misma. Quema incienso en
ella.
2. Retírate a un lugar o habitación
silenciosa donde no temas ser interrumpido, de modo que tu mente se sienta
segura y en reposo. Por supuesto que no siempre puede lograrse la condición
ideal, en cuyo caso debes hacer lo mejor que puedas. Debes estar solo en
comunión con Dios.
3. Levántate a las 4 A.M. y medita de 5 a 6.
siéntate una vez más a la noche de 7 a 8 P.M.
4. Mantén en la habitación una imagen del
Señor de tu adoración y algunos libros religiosos. Ubica tu asiento frente a la
imagen.
5. Siéntate en una postura cómoda de
meditación. Mantén la cabeza, el cuello y el tronco en línea recta. No te
inclines hacia adelante ni hacia atrás.
6. Cierra los ojos y concéntrate suavemente
en el Trikuti, el espacio del entrecejo. Cierra los dedos (Mudra).
7. No hagas esfuerzos violentos en
concentración. Nunca luches con la mente. Relaja todos los músculos y nervios.
Piensa calmadamente en tu Ideal o Señor. Silencia los pensamientos. Detén el
burbujeo de la mente. Repite lentamente algunas plegarias elevadoras e
inspiradoras.
8. No trates de controlar a la mente mediante
la fuerza, más bien déjala correr por un tiempo y que agote sus energías. Al
principio, aprovechará la oportunidad y saltará alrededor como un mono sin
cadena, hasta que gradualmente se calme y te mire esperando órdenes. Puede
tomar cierto tiempo amansar a la mente, pero cada vez que trates, vendrá a ti
más rápidamente.
9. Ten un pensamiento de fondo, ya sea de una
pintura concreta de tu Señor o una idea abstracta del Infinito. Esto destruirá
todos los pensamientos mundanos y te llevará al objetivo. Por la fuerza del
hábito, la mente se refugiará inmediatamente en ese trasfondo en cuanto la
liberes de las actividades mundanas.
10. Una y otra vez retira la mente de los objetos mundanos cuando se
aleje del ideal y fíjala en él. Esta suerte de combate continuará por meses.
11. Al comienzo, cuando medites en el Señor Jesús, mantén su imagen
en frente de ti. Concéntrate cuidadosamente en la imagen, con los ojos
abiertos, hasta que rueden lágrimas por tus mejillas. Lleva la mente a la cruz,
al pecho, a su largo cabello, a la hermosa barba, a los ojos redondos, a las
distintas partes de su cuerpo, al aura espiritual que emana de su cabeza y así
sucesivamente. Piensa en sus atributos divinos, en los distintos aspectos de su
interesante vida, en los milagros que realizó y los poderes extraordinarios que
poseía. Luego cierra los ojos y trata de visualizar su imagen. Repite el mismo
proceso una y otra vez.
12. Luego cierra los ojos, visualiza la imagen mentalmente y lleva la
mente a las diferentes partes como hiciste antes.
13. Durante el curso de tu meditación, puedes asociar los atributos
de Dios – omnipotencia, omnisciencia, pureza, perfección, etc.
14. Si entran malos pensamientos a tu mente, no uses tu fuerza de
voluntad para alejarlos. Sólo desperdiciarás energía. Lo único que harás es
poner a prueba tu voluntad. Te cansarás. Cuanto mayor sea el esfuerzo que
hagas, más volverán los malos pensamientos con fuerza redoblada. Se volverán
más poderosos. Sé indiferente. Mantente sereno. Pasarán rápidamente. O
sustitúyelos por pensamientos buenos y opuestos (método de Pratipaksha
Bhavana). O piensa en la imagen de Dios una y otra vez. O bien ora.
15. Nunca pierdas un día de meditación. Sé regular y sistemático.
Ingiere alimentos livianos y que no sean estimulantes. Las frutas y la leche te
ayudarán a concentrar a la mente. Deja el cigarrillo y todos los estimulantes
fuertes.
16. Mójate la cara para eliminar la modorra. Párate durante 15
minutos. Da una caminata rápida o inhala y exhala rápidamente 10 ó 12 veces.
17. Sé cuidadoso en la selección de tus compañías. Deja de ir a
lugares no saludables. Habla poco. Observa silencio durante una hora diaria. No
te relaciones con personas indeseables. Lee libros buenos, inspiradores y
religiosos. Ten la compañía de hombres sabios y santos. Si no obtienes buena
compañía directa, los libros religiosos actuarán como buena compañía indirecta.
18. No sacudas el cuerpo. Mantenlo firme como una roca. Respira
lentamente. Ten la actitud mental correcta.
19. Cuando la mente esté cansada, no te concentres. Dale un poco de
descanso.
20. Cuando una idea ocupa la mente en forma exclusiva, se transforma
en un verdadero estado físico o mental. Por lo tanto, si mantienes a la mente
totalmente ocupada con el pensamiento de Dios y sólo de Dios, entrará en el
estado más elevado de Conciencia de Dios muy rápidamente. Por consiguiente,
esfuérzate con sinceridad.