lunes, 1 de diciembre de 2014

Los placeres y la busqueda de la felicidad por Atman Nityananda

Los placeres y la busqueda de la felicidad
por Atman Nityananda

A causa de la ignorancia de nuestra naturaleza verdadera (que es felicidad, libertad, plenitud, paz y amor absoluta) buscamos la felicidad y la plenitud fuera de nosotros en objetos sensoriales, relaciones, posesiones y en todas las situaciones mundanas que consideramos agradables o favorables para nuestro bien.

Pero las cosas del mundo son finitas y condicionadas y pueden ser sólo agradables o desagradables, placenteras y dolorosas, no contienen ni felicidad, ni plenitud. Además están sujetas al nacimiento y la muerte y un dia tendremos que perder todas las cosas -incluso nuestro cuerpo.

Es muy obvio que no podemos experimentar amor, libertad, paz y bienaventuranza que son infinitas, a través de las cosas y las experiencias que son limitadas, finitas y condicionadas. Lo que es finito no puede darnos algo infinito. Solo lo que es infinito puede darnos la experiencia de infinidad· solo lo que es bienaventuranza puede darnos la experiencia de la bienaventuranza· solo lo que es libertad puede liberarnos de las ilusiones creadas por el ego y sus vanos deseos.

Nosotros creemos que las cosas del mundo nos hacen felices debido a la falta de discernimiento y al velo que pone en nuestra mente la cualidad tamas (tamas guna en sánscrito, es la cualidad que oscurece y cubre la verdad). La cualidad tamas tiene la capacidad de ocultar la verdadera naturaleza de nuestras experiencias así como nuestro Ser.

¡La mayor ilusión es la creencia que la felicidad que experimentamos cuando logramos un objeto (o una situación) que deseabamos, se debe a este objeto o esta situación que acabamos de lograr! Pero esto no es verdad, es solo una ilusión creada por el ego mismo y el tamas guna. Lo que pasa cuando ya tenemos lo que deseamos es que la mente temporalmente se calma y descansa en su centro (la consciencia) y en esta condición la mente disfruta parcialmente de la felicidad y la plentitud de la consciencia. Pero, debido al tamas guna y al engaño del ego, creemos que la felicidad que sentimos se debe al objeto mismo y por eso seguimos buscando la felicidad en los placeres sensoriales, donde hay un poquito de placer ilusorio mezclado con mucho sufrimiento.

Las cosas del mundo pueden contribuir a nuestro bienestar solo bajo ciertas condiciones y de una manera limitada. Por ejemplo, si usamos nuestra mente, energía, cuerpo y sentidos concientemente y de una manera apropiada en relación a los objetos sensoriales, podemos sanarnos y crear armonía y equilibrio mental y emocional. Este equilibrio nos ayudará a hacer meditación y auto-indagación con el fin de realizar nuestro Ser verdadero y experimentar libertad, plentitud y bienaventuranza sin limites.

Cómo vivir para realizar la libertad y la dicha del Ser

Para superar todo lo que causa sufrimiento, es imprescindible ser más conscientes de nosotros mismos. Por medio de prácticas específicas tenemos que desarollar las capacidades de nuestra inteligencia (buddhi) y controlar los sentidos y la mente pensante y emocional. Tenemos que mantener nuestro cuerpo físico sano y fuerte. Al mismo tiempo, tenemos que alimentar nuestra mente con impresiones sáttvicas (*sattva guna en sánscrito, es la cualidad de la luz, la claridad y la armonía que nos ayuda a desarollar las capacidades superiores de la mente), eliminar las toxinas psicológicas y despertar los estados superiores de consciencia.

Para incrementar la cualidad sattva en nuestra mente es también imprescindible tener relaciones, conexiones y asociaciones sáttvicas en todos los aspectos de la vida. Una vida sáttvica es la fundación de una vida sana y llena de paz, luz, amor, armonia y felicidad.

Es necesario también descubrir y eliminar todos los patrones del ego que están escondidos en la mente subsconsciente. Hay varias prácticas con las que podemos purificar nuestra mente subconsciente (chitta) pero lo más importante -y el centro de las prácticas espirituales- es estar alerta auto-observando momento a momento nuestros pensamientos, emociones, estado de ánimo y energía vital y al mismo tiempo estar conscientes de nosotros mismos.

Para reconocer a nuestro Ser verdadero es necesario desarollar la capacidad de discernimiento y hacer la mente pura, aguda y enfocada. Con una mente bien preparada, podemos practicar la investigación discriminante y enfocada y la auto-indagación que nos permitirán por una parte descubrir y disolver las identificaciones creadas por el ego y por otra parte despertarnos y establecernos en nuestra naturaleza verdadera.

¡Que Dios te bendiga alcanzar la libertad, la paz y la bienaventuranza eterna!

Paz, Luz y Amor