jueves, 8 de octubre de 2015

Qué es la impaciencia y cómo conquistarla por Atman Nityananda


Qué es la impaciencia y cómo conquistarla
por Atman Nityananda

LA IMPACIENCIA

Veamos primero qué es impaciencia. Impaciencia es querer que suceda lo que deseamos lo antes posible y al mismo tiempo estar nervioso, inquieto, sintiendo ansiedad, angustia, tener preocupaciones, etc.

Hay una grandísima variedad de casos donde la impaciencia surge pero si quisieramos generalizar un poco, diríamos que la impaciencia surge en dos casos:

Cuando deseamos lograr, poseer o experimentar algo agradable o placentero. Así precipitamos poseer o experimentar el objeto deseado lo antes posible o más rápido, sintiendo inquietud, nerviosismo, ansiedad, angustia, malestar, etc. Sentirnos así es un estado doloroso (más o menos suave, depende de la intensidad de las emociones negativas). Cuando más fuerte sea el deseo, más fuerte será la impaciencia.

Cuando algo que deseamos va a suceder en una fecha concreta (vacaciones, boda, quedarse con alguien, comprar algo,...). En este caso deseamos que dicha situación se haya hecho antes o que el tiempo pase más rápido para experimentarla más pronto.

Cuando queremos salir lo antes posible de una condición externa -o interna, bien sea una situación externa complicada que no nos gusta, nos molesta o nos hace sufrir física o psicológicamente, o un estado psicológico doloroso.

Cuando estamos en una condición físicamente dolorosa (enfermedad) o psicológicamente dolorosa (pérdida de una persona querida, despido del trabajo, un fracaso, divorcio etc.). En ambos casos queremos salir de este estado doloroso lo antes posible y junto con este deseo sentimos ansiedad, nerviosismo, irritabilidad, inquietud, malestar etc.
Al encontrarnos en una situación que no nos gusta, surge también la impaciencia. Unas situaciones donde frecuentemente surge la impaciencia son las colas, por ejemplo en los supermercados, y los atascos de tráfico.

Impaciencia, ira y miedo

La impaciencia, la ira y el miedo siempre van juntos. Cuando hay impaciencia, la ira asume primero un estado muy sutil. Puede asumir la forma de la irritabilidad, del enojo, del resentimiento, de malestar etc. y luego, según las circunstancias, se puede asumir una forma enorme. El miedo toma la forma de ansiedad, nerviosismo, dudas, inquietud, angustia y preocupaciones. En ambos casos nos encontramos en un estado de estrés, agitación y excitación lo cual es una forma de sufrimiento. Desde luego, si estas emociones se intensifican el sufrimiento se aumenta.

Estamos tan acostumbrados de sentir casi siempre estas emociones en su forma sutil que las consideramos como algo normal. Solo cuando estas emociones se intensifican y nos hacen sufrir mucho y no aguantamos este sufrimiento, nos parece que es algo problemático, algo que tenemos que soltar. Pero la mayoría no están dispuestos a hacer algo sistemáticamente para liberar su psique de estos trastornos que provocan sufrimiento y destruyen la salud y el bienestar. Los aceptan como una parte natural o normal de la vida humana.

La pregunta es: ¿Cómo puede algo que crea sufrimiento y enfermedad ser natural? Lo natural por su naturaleza crea armonía, bienestar, salud y alegría. Pero, ¿cómo pueden ser algo natural todos estos trastornos psicológicos y todos los demás trastornos llamados ´egoístas´ que crean desequilibrio, desarmonía, sufrimiento, conflicto interior, relaciones conflictivas etc.? El estado natural del ser humano es estar sano, armónico, alegre, creativo y vivir con amor y unidad con todo. ¿Por qué hemos perdido este estado? La respuesta no es fácil aunque hay mucha información sobre esto en los textos sagrados y las palabras de los grandes maestros.

LA PACIENCIA

Investigando la paciencia
La paciencia tiene que ver con dos cosas:
·      las circunstancias externas y
·      los estados psicológicos.

En relación con las circunstancias externas, paciencia es no reaccionar con emociones y pensamientos negativos, con quejas o insultos ante lo que enfrentamos y permanecer tranquilos, pacíficos y desapegados hasta que esta circunstancia cambie por sí misma o por nuestro esfuerzo y acciones apropiadas. Paciencia no significa que las cosas se van a resolver por sí mismas o que no haya acción. Según las circunstancias debemos decidir si actuaremos o no. Pero cuando actuemos que lo hagamos con una actitud positiva, con concentración y tranquilidad aceptando los resultados tal como son.

Es verdad que todavía no tenemos este estado de paciencia como virtud natural, por eso tenemos que practicar para que poco a poco lograrlo. Tenemos que desarrollar la paciencia en relación con las circunstancias externas y con los estados psicológicos.

En relación con los estados psicológicos, paciencia es no reaccionar con emociones y pensamientos negativos, con quejas o insultos ante lo que sentimos y aguantar el dolor emocional hasta que se desvanece*, tratando al mismo tiempo, suavemente, de desidentificarnos de los patrones mentales y emocionales y observarlos desapasionadamente, permaneciendo alerta y conscientes del espacio silencioso interior.

Nota:
Hasta que se desvanece* por sí misma o por acciones adecuadas.

Cuando las emociones no son fuertes y nosotros estamos lo suficientemente alerta, presentes y testigos de la mente (pensante y emocional), se desvanecerán rápido -junto con los pensamientos.

Si estamos identificados y de repente nos damos cuenta de que estamos en un estado de impaciencia, tratamos suavemente de recuperar el estado de alerta y atención consciente y de desidentificarnos de las emociones y pensamientos negativos observándolos desapasionadamente y siendo conscientes de nosotros mismos. En este caso también si no son fuertes se desvanecerán relativamente rápido -junto con los pensamientos.

Si las emociones son fuertes y duran más, tratamos de aliviarlas y pacificarlas aplicando una técnica apropiada según nuestro conocimiento, compresión y capacidad, pero manteniendo siempre un estado de alerta y conexión con nuestro interior.

Superando la impaciencia

Hay muchas técnicas o métodos para aliviar y controlar la impaciencia y las emociones negativas en general. En realidad, trabajar con la eliminación de la impaciencia y de todas las emociones negativas es uno de los objetivos más importantes en el trabajo espiritual.


Tres fases para superar y eliminar los trastornos psicológicos

Hay tres fases para tratar eficazmente la impaciencia o cualquier otra emoción negativa o tendencia egoísta.

 La fase de la preparación

En la fase de preparación nos preparamos desarrollando las capacidades y las virtudes que serán las herramientas para controlar y eliminar las emociones.

Tenemos que desarrollar las capacidades fundamentales que son imprescindibles para todo el trabajo espiritual y la disolución de cada tipo de las tendencias egoístas. Ellas son la autoobservación desapasionada, el discernimiento, la concentración y la capacidad de ser conscientes de nosotros mismos y de desidentificarnos de la mente. Para desarrollar todo esto, hay varias prácticas como concentración, meditación, indagación, reflexión, repetición de mantras y de los nombres de Dios etc.

Estas son capacidades importantísimas y constituyen el centro de toda práctica espiritual. Una vez tener estas capacidades desarrolladas en un nivel alto es muy fácil observar, percibir y darse cuenta de los movimientos de la mente y de las emociones y así no permitirlos surgir e identificarnos con ellos; es decir, estas capacidades nos permiten tomar consciencia del movimiento del patrón egoísta desde su primer paso cuando es una ola muy pequeñita y así poder parar el proceso fácilmente antes de convertirse en una ola enorme (que es difícil pacificarla); o bien si no hemos conseguido parar el proceso en su fase principal y surgen los pensamientos y las emociones asociadas, nos permiten estar capaces de no identificarnos completamente con ellos y así tener la oportunidad de actuar adecuadamente para disolverlos.

Además en la fase de preparación rezamos a Dios para que nos ayude a superar el defecto, contemplamos la virtud de paciencia y el amor, hacemos afirmaciones y visualizaciones positivas, nos reflexionamos en los beneficios de la paciencia y las consecuencias de la impaciencia.

 La fase actual

La fase actual es cuando la impaciencia empieza a funcionar o funciona plenamente.

En la fase actual tratamos de mantener un estado muy intenso de alerta, atención plena y presencia para no permitir que la mente juegue descontroladamente y que nos identifique con sus contextos. Con estar alerta y presentes podemos parar el surgimiento de los pensamientos y las emociones en su primer paso que es lo mejor para nosotros;  pero si no somos tan capaces para conseguir esto (que es lo que pasa en la mayoría) logramos quedar como testigos mientras surjan pensamientos o emociones, sin identidficarnos con ellos. Cuando no nos identificamos con los pensamientos y la emociones estos patrones subconscientes no pueden alimentarse y así pierden un poco de su fuerza. Esto es un parte essencial en la disolución del ego.

En realidad cuando hay pensamientos y prestamos plena atención en ellos el proceso mental actual para; y cuando  nuestro estado de alerta y atención plena se relaja el ego de nuevo nos roba la atención inconscientemente y empieza a lanzar pensamientos junto con las emociones asociadas. Así que todo depende de nuestra capacidad de no perder el estado de atención plena; cuando estamos muy enfocados y concentrados en el silencio interior no se pueden surgir pensamientos ya que toda la atención está ocupada. Pero este estado puede conseguirlo frecuentemente y por largo tiempo solo él que tiene una mente sáttvica y ha practicado meditación intensa por muchos años.  Solo un liberado que ha disuelto el ego totalmente no pierde nunca el estado luminoso de auto-atención.

Si una emoción -y los pensamientos relacionados con ella- persisten entonces intentamos tratarlos adecuadamente. Por ejemplo, contemplar en la virtud opuesta de dicha emoción, irnos del lugar donde estamos, repetir un mantra como Om, Om nama Shivay, Om Shanti (paz), rezar a Dios que elimine la emoción (vease ensayo), hacer una afirmación positiva y unas respiraciones profundas, afirmar que somos consciencia y no la mente y el cuerpo, perdonar usando el método de ho-oponopono, tomar flores de Bach etc.

La fase después

La fase después de la manifestación de la emoción negativa o de cualquier trastorno egoísta, donde podemos trabajar con la impaciencia -o con cualquier emoción que haya aparecido en relación con el suceso. Este tema lo trataré en otro ensayo con más detalles, aquí citaré solo unas pautas básicas.

En esta fase es apropiado trabajar con el suceso/asunto/situación que hizo que las emociones y los pensamientos surgiesen. Por la noche asumimos una posición relajada y recordamos el asunto; junto con las imágenes del asunto recordamos también las emociones y así podemos investigarlas y comprenderlas.  Es importante entender porqué surgen estos trastornos egoístas, cómo nos engañan, cómo funcionan en nosotros y con qué deseo, necesidad o creencia están asociados.

Y al final aplicamos una técnica para eliminarlos, por ejemplo oración, visualización, (o oración y visualización juntos), eliminación en los 49 niveles subconscientes, tomar flores de Bach, EFT (tapping), método sedhona, reflexionar en las consecuencias de la emoción negativa y los beneficios de la virtud correspondiente etc... Si hay una creencia errónea que sostiene estas emociones y pensamientos hay que trabajar con esta y cambiarla por la correcta. Hay que trabajar también con el deseo o la necesidad que están relacionados con estos pensamientos y emociones.

 Eliminando  las emociones y factores que están relacionados con la impaciencia

Para eliminar la impaciencia tenemos que eliminar también la ira y el miedo porque estos dos son las emociones que siempre surgen junto con la impaciencia. Recuerda que la impaciencia surge cuando deseamos o queremos algo, cuando nos gusta o no nos gusta algo (este par de gusto-disgusto es solo una modificación del deseo mismo) o cuando tenemos miedo por algo. Y junto con el deseo, el miedo y el gusto-disgusto surge la ira que es también una modificación del deseo; recuerda que detrás de las emociones negativas se halla el deseo como su causa original.

Entonces, si por ejemplo, no hay gula en nosotros también no habrá impaciencia para comer. Esperaremos tranquilos en la mesa hasta que el camarero nos traiga la comida. Por eso, para superar la impaciencia hace falta eliminar también la energía del deseo que es la causa de la impaciencia o para ser más preciso el deseo mismo se transforma en impaciencia así como en ira, miedo, decepción y depresión según las circunstancias.

Y la raíz de todo es el egoísmo, ya que todas las expresiones llamadas ´egoístas´ son solo una expansión de nuestro ego. El ego es el centro en torno al cual giran todas las tendencias egoístas y su naturaleza esencial es el deseo.

Yo deseo, Yo quiero (placer, posesiones, comodidades, éxito, fama, dinero, etc.), Yo tengo miedo, Yo estoy enfadado, Yo tengo prisa, Yo espero, Yo creo, Yo como, Yo siento placer, Yo, Yo, Yo ... todo tiene que ver con nuestro Yo; todo es un proyección y una expansión del Yo que su naturaleza es esencialmente el deseo. Entonces, si eliminamos el Yo, todo el árbol con los patrones y tendencias egoístas se acaba -lo mismo pasará si eliminamos el deseo. 

Pero, para la gran mayoría de la gente le es imposible trabajar directamente con el ego o el deseo. Hace falta mucha preparación así como capacidades espirituales y mentales en un nivel muy alto. En el principio, tenemos que aplicar un Sadhana (programa diario de prácticas espirituales) que nos ayudará a desarrollar virtudes y capacidades mentales y emocionales sin los cuales no podremos avanzar seriamente en el sendero espiritual.

Para que tengas más ideas sobre el trabajo espiritual y la eliminación de la emociones negativas y las tendencias egoístas en general te propongo leer los  siguientes artículos: