El hacedor no se disuelve sin hacer la práctica
El sufrimiento es producido por la lascivia, la lujuria, la avaricia, la gula, la ira, la rabia, el orgullo, el miedo, los celos, la envidia y todas las demás tendencias egoístas que tienen como núcleo el deseo, el apego y la identificación. Y el deseo es sólo la naturaleza esencial del ego y no algo distinto del ego.
El hacedor es el ego identificado con el cuerpo y la mente. Y es el deseo la causa de todas las acciones y del apego a las acciones y sus resultados y de todos los defectos egoístas que esclavizan la mente, la hacen desordenada, pesada, oscura y perversa y nos hacen sufrir.
Por eso, sin disolver todo esto de la mente no hay libertad ni dicha infinita y permanente. Y esto sólo puede lograrse mediante la práctica.