sábado, 4 de junio de 2016

La Auto-Observación y la disolución de los yoes por Samael A.Weor

 
La Auto-Observación y la disolución de los yoes

La Auto-Observación íntima de sí mismo es un medio práctico para lograr una transformación radical.

Conocer y observar son diferentes. Muchos confunden la observación de sí, con el conocer. Conocemos que en un instante dado nos encontramos en un estado negativo, tal vez con algún problema o preocupados por este o aquel asunto o en estado de desasosiego o incertidumbre, etc., pero esto no significa que lo estemos observando.

¿Siente usted antipatía por alguien?, ¿Le cae mal cierta persona?, ¿Por qué? Ud. dirá que conoce a esa persona... ¡Por favor!, Obsérvela, conocer nunca es observar; no confunda el conocer con el observar...

La observación de sí que es un ciento por ciento activa, es un medio de cambio de sí, mientras el conocer, que es pasivo, no lo es.

La atención dirigida hacia dentro de uno mismo, hacia lo que está sucediendo en nuestro interior, si es algo positivo, activo...

En el caso de una persona a quien se tiene antipatía así porque si, porque nos viene en gana y muchas veces sin motivo alguno, uno advierte la multitud de pensamientos que se acumulan en la mente, el grupo de voces que hablan y gritan desordenadamente dentro de uno mismo, lo que están diciendo, las emociones desagradables que surgen en nuestro interior, el sabor desagradable que todo este deja en nuestra psiquis, etc., etc., etc.

Obviamente en tal estado nos damos cuenta también de que interiormente estamos tratando muy mal a la persona a quien tenemos antipatía.

Mas para ver todo esto se necesita incuestionablemente de una atención dirigida intencionalmente hacia adentro de sí mismo; no de una atención pasiva.

La atención dinámica proviene realmente del lado observante, mientras los pensamientos y las emociones pertenecen al lado observado.

No queremos con esto decir que no exista la observación mecánica de sí, más tal tipo de observación nada tiene que ver con la auto-observación psicológica a que nos estamos refiriendo.

Pensar y observar resultan también muy diferentes. Cualquier sujeto puede darse el lujo de pensar sobre sí mismo todo lo que quiera, pero esto no quiere decir que se este observando realmente.

Necesitamos ver a los distintos "Yoes" en acción, descubrirlos en nuestra psiquis, comprender que dentro de cada uno de ellos existe un porcentaje de nuestra propia conciencia, arrepentirnos de haberlos creado, etc.

¿Habéis pensado tú alguna vez en la vida sobre lo que más os agrada o desagrada?. ¿Tú, habéis reflexionado sobre los resortes secretos de la acción?. ¿Por qué queréis tener una bella casa?. ¿Por qué deseáis tener un coche último modelo?. ¿Por qué queréis estar siempre a la última moda?. ¿Por qué codiciáis no ser codicioso?. ¿Qué es lo que más te ofendió en un momento dado?. ¿Qué es lo que más os halagó ayer?. ¿Por qué os sentisteis superior a fulano o a fulana de tal, en determinado instante?. ¿A qué hora te sentisteis superior a alguien?. ¿Por qué te engreísteis al relatar tus triunfos?. ¿No pudisteis callar cuando murmuraban de otra persona conocida?. ¿Recibisteis la copa de licor por cortesía?. ¿Aceptaste fumar tal vez no teniendo el vicio, posiblemente por el concepto de educación o de hombría?. ¿Estáis tú seguro de haber sido sincero en aquella conversación?. ¿Y cuando te Justificas a ti mismo, y cuando te alabas, y cuando cuentas tus triunfos y los relatas repitiendo lo que antes dijiste a los demás, comprendiste que eras vanidoso?.

Entonces exclamaremos. "¿Pero qué está haciendo este Yo?" "¿Qué está diciendo?" "¿Qué es lo que quiere?" "¿Por qué me atormenta con su lujuria?", "¿Con su ira?", etc., etc., etc.

Entonces veremos dentro de sí mismos, todo ese tren de pensamientos, emociones, deseos, pasiones, comedias privadas, dramas personales, elaboradas mentiras, discursos, excusas, morbosidades, lechos de placer, cuadros de lascivia, etc., etc., etc.

Obviamente este o aquel pensamiento negativo proviene de cualquier "Yo" que en un momento dado ha usado abusivamente nuestro Centro Intelectual.

Pensamientos negativos los hay de distinta especie: Sospecha, desconfianza, mala voluntad hacia otra persona, celos pasionales, celos religiosos, celos políticos, celos por amistades o de tipo familiar, codicia, lujuria, venganza, ira, orgullo, envidia, odio, resentimiento, hurto, adulterio, pereza, gula, etc., etc., etc.

Quien no vive siempre en estado de Alerta Novedad, Alerta Percepción, pensando que está pensando, se identifica fácilmente con cualquier pensamiento negativo.

De resultas de esto, fortalece lamentablemente el poder siniestro del "Yo Negativo", autor del correspondiente pensamiento en cuestión.

Cuanto más nos identificamos con un pensamiento negativo, tanto más esclavos seremos del correspondiente "Yo" que le caracteriza.

Jamás debemos olvidar que todo "Yo Negativo" se "Auto-Engaña." y "Engaña", conclusión: Miente.

Cada vez que sentimos una súbita pérdida de fuerza, cuando el aspirante se desilusiona, de la Gnosis, del trabajo esotérico, cuando pierde el entusiasmo y abandona lo mejor, es obvio que ha sido engañado por algún Yo Negativo.

El "Yo Negativo del Adulterio", aniquila los nobles hogares y hace desgraciados a los hijos.

El "Yo Negativo de los Celos", engaña a los seres que se adoran y destruye la dicha de los mismos.

El "Yo Negativo del Orgullo Místico" engaña a los devotos del Camino y éstos, sintiéndose sabios, aborrecen a su Maestro o le traicionan...

El Yo Negativo apela a nuestras experiencias personales, a nuestros recuerdos, a nuestros mejores anhelos, a nuestra sinceridad, y, mediante una rigurosa selección de todo esto, presenta algo en una falsa luz, algo que fascina y viene el fracaso...

Sin embargo, cuando uno descubre el "Yo" en acción, cuando ha aprendido a vivir en estado de alerta, tal engaño se hace imposible...

Si después de haber observado y comprendido profundamente tal o cual defecto psicológico (tal o cual Yo), suplicamos a nuestra Madre Cósmica particular (Stella Maris), pues cada uno de nos tiene la suya propia, desintegre, reduzca a polvareda cósmica, este o aquel defecto, aquel Yo, motivo de nuestro trabajo interior, podéis estar seguro de que el mismo perderá volumen y lentamente se irá pulverizando.

Todo esto implica naturalmente sucesivos trabajos de fondo, siempre continuos, pues ningún Yo, puede ser desintegrado jamás instantáneamente. El sentido de auto-observación íntima podrá ver el avance progresivo del trabajo relacionado con la abominación que nos interese verdaderamente desintegrar.

Stella Maris aunque parezca increíble es la signatura astral de la potencia sexual humana.

Obviamente Stella Maris tiene el poder efectivo para desintegrar las aberraciones que en nuestro interior psicológico cargamos.

Nuestro propio ser derivado, Tonantzín, Stella Maris como potencia eléctrica desconocida para la humanidad entera y que se halla latente en el fondo mismo de nuestra psiquis, ostensiblemente goza del poder que le permite decapitar a cualquier Yo antes de la desintegración final.

Stella Maris es ese fuego filosofal que se encuentra latente en toda materia orgánica e inorgánica.

Los impulsos psicológicos pueden provocar la acción intensiva de tal fuego y entonces la decapitación se hace posible.

Algunos Yoes suelen ser decapitados al comienzo del trabajo psicológico, otros en el medio y los últimos al final. Stella Maris como potencia ígnea sexual tiene conciencia plena del trabajo a realizar y realiza la decapitación en el momento oportuno, en el instante adecuado.

En tanto no se haya producido la desintegración de todas estas abominaciones psicológicas, de todas estas lascivias, de todas estas maldiciones, robo, envidia, adulterio secreto o manifiesto, ambición de dinero o de poderes psíquicos, etc., aún cuando nos creamos personas honorables, cumplidoras de la palabra, sinceras, corteses, caritativas, hermosas en el interior, etc., obviamente no pasaremos de ser más que sepulcros blanqueados, hermosos por fuera mas por dentro llenos de asqueante podredumbre.

El sentido de la auto-observación íntima nos permite verificar por si mismos y en forma directa el trabajo secreto mediante el cual en tiempo dado estamos disolviendo tal o cual Yo (tal o cual defecto psicológico), posiblemente descubierto en condiciones difíciles y cuando menos lo sospechábamos.

El sentido de la auto-observación íntima, además de permitirte ver claramente al Yo que estáis disolviendo, te permitirá también ver los resultados patéticos y definidos de tu trabajo interior.

En principio estas creaciones del infierno, estas aberraciones psíquicas que desgraciadamente te caracterizan, son más feas y monstruosas que las bestias más horrendas que existen en el fondo de los mares o en las selvas más profundas de la tierra; conforme avancéis en vuestro trabajo podéis evidenciar mediante el sentido de auto-observación interior el hecho sobresaliente de que aquellas abominaciones van perdiendo volumen, se van empequeñeciendo...

Resulta interesante saber que tales bestialidades conforme decrecen en tamaño, conforme pierden volumen y se empequeñecen, ganan en belleza, asumen lentamente la figura infantil; por último se desintegran, se convierten en polvareda cósmica, entonces la Esencia (Consciencia) enfrascada, se libera, se emancipa, despierta.

Obviamente la Esencia o Consciencia enfrascada entre cada Yo, se procesa en virtud de su propio condicionamiento.

Cualquier Yo desintegrado libera determinado porcentaje de Consciencia , la emancipación o liberación de la Esencia o Consciencia , seria imposible sin la desintegración de cada Yo.

A mayor cantidad de Yoes desintegrados, mayor Auto-Conciencia. A menor cantidad de Yoes desintegrados, menor porcentaje de Consciencia despierta.

El despertar de la Consciencia sólo es posible disolviendo el YO, muriendo en sí mismo, aquí y ahora.

Incuestionablemente mientras la Esencia o Consciencia este embutida entre cada uno de los Yoes que cargamos en nuestro interior, se encuentra dormida, en estado subconsciente.

Es urgente transformar al subconsciente en consciente y esto sólo es posible aniquilando los Yoes; muriendo en sí mismos.

No es posible despertar sin haber muerto previamente en sí mismos. Quienes intentan despertar primero para luego morir, no poseen experiencia real de lo que afirman, marchan resueltamente por el camino del error.

FUENTE: extractos del su libro TRATADO DE PSICOLOGÍA REVOLUCIONARIA