jueves, 3 de marzo de 2016

Preocupación y ansiedad por Swami Sivananda

 
Preocupación y ansiedad 
por Swami Sivananda
El hombre siempre está sediento de posesión de objetos, esposa y ganado. Esto seguramente lo vuelve egoísta. El egoísmo causa apego. Siempre que hay apego, allí están "Ahamta" y "Mamata (Yoidad y Mioidad)." Todo el sufrimiento comienza aquí. Todo el Maya Chakra empieza a girar a partir de ahora. El hombre se vuelve esclavo. Fuertes cadenas de hierro son ajustadas a sus manos, piernas y rodillas. Está enredado de la misma manera que la araña o el gusano de seda. Esta es su propia red, creada por él mismo para su destrucción.

Siéntate solo por un momento en una habitación silenciosa. Indaga. Reflexiona. Investiga. La felicidad es un estado mental. No depende del dinero o las pertenencias. Observa que las personas muy ricas son en realidad muy desdichadas, mientras que un oficinista pobre es muy feliz, y sólo un Sadhu con una túnica de algodón baila en divino éxtasis.

El goce no puede causar la satisfacción del deseo. Por el contrario, agrava e intensifica los deseos y vuelve la mente más intranquila mediante el anhelo sensorio (Trishna), de la misma manera en que se aviva el fuego si se le echa ghee o aceite. Cuanto menos sean las necesidades, mayor será la felicidad. La leche da placer a algunos y dolor a otros. Cuarta taza de leche les produce arcadas o náusea. No da placer cuando hay fiebre. Por lo tanto, el placer no está en los objetos sino en la imaginación o la inclinación de la mente.

El mango no es dulce, sino que la imaginación lo es. La mujer no es hermosa, pero la imaginación lo es. Una mujer fea parece muy hermosa para su marido porque en su imaginación es hermosa. Hay una pizca de placer en los objetos, pero el dolor que viene mezclado con ella es del tamaño de una montaña.

El placer sensual es tentador. Hay fascinación mientras el hombre no posee los objetos. Se esfuerza mucho. Su mente está llena de preocupaciones. Se desalienta porque duda si conseguirá el objeto deseado. En cuanto está en posesión del objeto, el encanto desaparece. Descubre que está enredado. El soltero piensa en su matrimonio día y noche. Se siente encarcelado después de casarse. No puede satisfacer las necesidades lujosas de su esposa. Quiere escaparse de la casa para irse al bosque. El que es rico pero sin hijos, piensa que será más feliz teniendo un hijo, se preocupa día y noche por tener un hijo, va de peregrinación a Rameshvaram y Kasi y lleva a cabo las diversas ceremonias religiosas. Pero cuando tiene un hijo, se siente miserable. El niño sufre de ataques epilépticos y su dinero va a los doctores. No hay ninguna cura. Ésta es la magia de Maya. El mundo entero está lleno de tentaciones.

Cuando uno no puede conseguir los objetos, se siente miserable. El hombre que es adicto a tomar té, que está habituado a consumir frutas y leche después de las comidas, se siente muy desgraciado cuando no tiene té o frutas y leche en cierto lugar. Regaña a su esposa y criados sin razón debido a una total irritabilidad. Cuando la esposa muere, el marido está ahogado en pena, no debido a la pérdida de su adorada compañera en la vida, sino porque ahora no puede tener placer sexual. La causa del dolor es el placer. La causa de la muerte es el amor por la vida sensual. Deja todos los placeres sensuales, si no quieres el dolor. Deja la vida sensual, si no quieres la muerte.

Usar lentes a los diez años, usar reloj pulsera, comprar un auto pidiendo dinero prestado, usar trajes de moda, un sombrero Ellwood y botas, tener un corte de pelo francés, fumar cigarrillos Three-Castles or Navy-cut or cigarros de Manila, apretar el cuello con duros cuellos de camisa, caminar por la playa con su esposa tomados de la mano, tener el diario en el bolsillo, tener un bigote recortado tipo Kaiser al medio del labio superior, comer carne y beber coñac, jugar a las cartas, apostar dinero, acudir a salones de baile, pedir dinero prestado para ir al cine y, para resumir, llevar una vida de libertinaje – ¡esta es la civilización moderna! ¡Moda y estilo han convertido al hombre en un mendigo de mendigos!