martes, 29 de marzo de 2016

El jiva mismo es Shiva ~ Sri Ramana Maharshi

 
El jiva mismo es Shiva
~ Sri Ramana Maharshi

 RAMANA MAHARSHI:  El jiva mismo es Shiva; Shiva mismo es el jiva. Es verdadero que el jiva no es ningún otro que Shiva. Cuando el grano está oculto dentro de la cáscara, es llamado arroz integral; cuando se elimina la cáscara, es llamado arroz. Similarmente, mientras uno está atado por el karma, uno permanece un jiva; cuando la atadura de la ignorancia se rompe, uno brilla como Shiva, la Deidad. Así lo declara un texto de las escrituras. 

Por consiguiente, el jiva, que es la mente, es en realidad el puro Sí mismo; pero, olvidando esta verdad, se imagina que es un alma individual y deviene atrapado en la forma de la mente. Así pues, su búsqueda del Sí mismo, que es él mismo, es como la búsqueda de la oveja por el pastor. Pero, no obstante, el jiva que ha olvidado su sí mismo, no devendrá el Sí mismo a través del mero conocimiento mediato. 

Debido al impedimento causado por las impresiones residuales almacenadas en nacimientos previos, el jiva olvida una y otra vez su identidad con el Sí mismo, y deviene engañado, identificándose con el cuerpo, etc. 
¿Acaso devendrá una persona un oficial de alto rango con sólo mirarle? ¿Acaso no es por un esfuerzo sostenido en esa dirección como uno puede devenir un oficial de alto rango? Similarmente, el jiva, que está en esclavitud por la identificación mental con el cuerpo, etc., debe hacer uso del esfuerzo en la forma de reflexión en el Sí mismo, de una manera gradual y sostenida; y cuando de esta manera la mente devenga destruida, el jiva devendrá el Sí mismo*.

La reflexión sobre el Sí mismo que se practica así constantemente, destruirá la mente, y después se destruirá a sí misma como la estaca que se usa para avivar los carbones que queman a un cadáver. Es este estado lo que se llama liberación.
 
NOTA
*Aunque los obstáculos que causan la esclavitud del nacimiento pueden ser muchos, la causa raíz de todos esos cambios es ahankara. Esta causa-raíz debe ser destruida para siempre. —Vivekachudamani.