El reino del Cielo, el Hogar de
beatitud eterna, está en tu interior.
Hay algunas flores que tienen un
color hermoso pero carecen de perfume. Así también hay quienes dicen palabras
dulces y floridas pero no actúan acordemente.
Mortifica la naturaleza inferior. Subyuga las pasiones. Ten autocontrol. Sólo entonces
tendrás fuerza para soportar la Cruz en cualquier forma que el Señor ordene
para ti.
No puede haber deseo por un objeto que es
totalmente desconocido. Puedes tener ensueños, anhelos o atisbos de
imaginación, pero el verdadero deseo surge solamente cuando la mente presenta
el objeto a buscar.
La Sadhana no dará muchos frutos tangibles si no
es ayudada por el desapego o Vairagya. Será como el agua puesta en una vasija
de barro sin cocer. La energía se escapará por los agujeros hechos por las
ratas de los sentidos. De allí que el cultivo del desapego y el
desapasionamiento mental sea muy necesario. También se necesita alerta o
vigilancia.
Soporta insultos. Soporta injurias. Esta es la
Sadhana más importante. Esto te dará inmensa paz y fuerza de voluntad.
El hombre es un ser complejo. Es muy difícil
conocer el corazón de un hombre. Sólo Dios lo conoce.
Diferentes clases de luces - roja, azul, etc. - pueden
aparecer y desaparecer durante la meditación. Ignóralas y avanza hacia la meta
que es la Fuente de todas esas luces y de todo fenómeno que trasciende todas
las luces.
Conocer la Verdad que está detrás de toda
manifestación es sabiduría. Eso es realización.
¡Oh Señor! No sé más que rogar, “Que
todos sean felices”.