La mente tiene el don de hacer que el aspirante incauto se confíe creyendo que puede dominarla mientras lo convierte en un tonto. Sus engaños son sutiles. Has oído el dicho, “El demonio puede citar las Escrituras para su propósito”. Similarmente, la mente puede usar una virtud para inducir al vicio. Tiene una inclinación innata a la perversión. Puede incluso recurrir a un principio perfectamente bueno con el fin de justificar la peor de las acciones. A menos que se la examine fríamente, nunca pueden descubrirse sus trucos.
Swami Sivananda
Extracto de las LECTURAS DIARIAS (1º de enero)