Los mecanismos del deseo
El deseo se manifiesta de varias maneras, que yo llamo los mecanismos del deseo. Todos ellos se relacionan con los deseos de placer, pero algunos de ellos también se relacionan con todos los demás.
Mecanismo del mal humor. El deseo provoca en nosotros una sensación de incompletud, carencia, insatisfacción y malestar.
Mecanismo del impulso. El deseo se expresa como un impulso que nos lleva a realizarlo.
Mecanismo de seducción y presión (tortura). El deseo, para hacernos ceder a él, nos seduce tomando la forma de una sensación placentera en el momento en que imaginamos o pensamos en el objeto del deseo. Cuando nos resistimos o intentamos frenar el impulso del deseo y evitar su realización, entonces el deseo, para hacernos ceder y cumplirlo, nos hace sufrir asumiendo la forma de una presión muy desagradable que puede ser también torturante en casos de fuertes deseos y apego (adicción). También ocurre que el deseo asume (en un abrir y cerrar de ojos) tanto su forma seductora como inmediatamente la forma de presión para hacérnoslo aún más difícil y que no podamos resistirnos a ceder a él.
Mecanismo de sustitución. En caso de que no podamos, por alguna razón, satisfacer un deseo (por ejemplo, tener placer sexual), entonces el deseo nos dirige a otro placer para sustituir el original, por ejemplo, en lugar de placer sexual tener placer a través de una barra de chocolate.
Mecanismo de extensión. A menudo ocurre que después de tener un placer, el deseo nos impulsa a ampliar el placer experimentando otro tipo de placer. Después de tener un placer sexual, por ejemplo, seguimos teniendo placer a través de una bebida y luego con una comida.
Mecanismo de la ira. Por cualquier razón que se obstruya un deseo, el deseo toma la forma de ira.
Mecanismo del miedo, la inseguridad y la ansiedad. Hasta que se cumpla un deseo, hay impaciencia, ansiedad, preocupación, desasosiego, inseguridad y angustia. Las mismas emociones se expresan sobre lo que ya poseemos y podemos perder.
Mecanismo de la tristeza. Cuando un deseo no se satisface acaba tomando la forma de frustración, tristeza, pena, depresión, etc.