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jueves, 3 de noviembre de 2016

La verdad es lo primero y lo último / Senda Divina por Swami Sivananda


La verdad es lo primero y lo último 
extracto de Senda Divina por Swami Sivananda

Si me preguntases:“¿Cuál es el primer requisito para la Realización?”, te respondería: “Lo primero, lo segundo y lo tercero; o sea, todo, es la veracidad.” Deja que la Verdad y la pureza iluminen tu camino, guíen tu conducta y modelen tu carácter.
 
Si tu mente es impura, no podrías alcanzar la realización del Ser aunque meditases durante veinte horas diarias. Incluso Yudhishthira tuvo que contemplar el infierno por haber dicho una mentira en una ocasión, a pesar de no ser más que una verdad modificada y tergiversada de hábil manera. En verdad no hay engaño. Lo que se simula es falsedad.
 
La Verdad no puede jamás contradecir a la no violencia al no dañar, puesto que, cuando lo hace, deja de ser verdad, siendo el egoísmo de la persona lo que tiene más poder.
 
Cuando decir la Verdad conduce al deshonor de otro, a dañarle y a causarle dolor, deja de constituir una virtud, convirtiéndose en un pecado mortal. Di cuanto sea verdad. Di cuanto sea agradable. Pero no digas ninguna verdad desagradable, ni ninguna falsedad agradable.
 
La Verdad existe siempre en un estado puro y sin mezcla. La Verdad incluye el autocontrol, la ausencia de celos, el perdón, la paciencia, la amabilidad, el amor. La paz es la Verdad. La Verdad es la paz. Si deseas alcanzar la paz, sé siempre veraz.
La veracidad exalta la mente. Las ideas sublimes y divinas refinan el intelecto. A través de la práctica de la veracidad, el Antahkárana, o la mente, lava su suciedad, brillando como un espejo limpio que refleja la forma divina del Señor con gran resplandor.
 
Todo le va bien a aquel cuyo corazón tiende hacia lo Verdadero. Ningún mal físico ni mental puede asaltarle.
 
Quien tiende hacia la Verdad es poderoso, vive muchos años, lo conoce todo y está siempre encantado con todo, pues se aproxima al Todopoderoso.
El camino de la Verdad es escabroso. Es resbaladizo y afilado como el canto de una cuchilla. Duro es de seguir este difícil sendero. Sólo los gigantes entre las personas espirituales caminan por él hacia la Ciudad de la Perfección.
 
Busca la compañía de almas evolucionadas que caminan por el sendero de la Verdad. Advierte cuidadosamente cuanto ocurra en la fábrica interna de tu mente. Abandona todo tipo de actos mezquinos. Conviértete en un alma noble y magnánima. La nobleza es buena. La magnanimidad es Verdad. Si la gente te toma el pelo, mantente calmado. Nunca respondas. Perdónales. Dirígeles una sonrisa vedántica. Permanece inmóvil como una roca. ¿Lo harás, querido Niranyan?