Una triste equivocación
Conoce tu naturaleza auténtica y divina. Abandona este sendero terroso. Eres un león, y no un cordero. Eres un verdadero emperador, y no un mendigo. Eres el hijo de Dios, y no un ser débil atado a esta tierra perecedera.
Sólo piensas en tu cuerpo, tu alimento, tu esposa, tu hijo, tu amigo. etc., pero nunca diriges tu mente hacia el interior para descubrir qué hay dentro de ti mismo. Crees que tu cuerpo, este manojo de huesos y carne, es real, y, de acuerdo a ello, desarrollas todo el abanico de ambiciones y actividades de tu vida.
Has confundido a la sombra con la sustancia. Te contentas con cosas superficiales. A pesar de tener la capacidad de pensar, no deseas utilizar ese poder en la búsqueda del Ser Inmortal. Has perdido la valiosa joya del Atman para obtener un simple trozo de cristal roto. ¿No es esto acaso una insensatez? ¿Por qué balas como un cordero? Afirma, reconoce y rechaza tu naturaleza bráhmica, Te contaré una pequeña historia.
Escucha con absoluta atención. Había en cierta ocasión una cría de león que había sido abandonada por su madre moribunda entre algunos corderos. Éstos cuidaron de la cría de león, que pronto se convirtió en un gran león, Pero los corderos a su alrededor balaban ba-a-a, él también aprendió a hacer lo mismo. Cierto día, acertó a pasar por allí otro león, y vio de pronto al león cordero balando a pleno pulmón entre el rechazo de corderos. Sorprendido, preguntó al león-cordero: “¡Hermano!” ¿Qué te ocurre? ¿Cómo puedes hallarte en un estado tan abyecto? El león-cordero no dudó en replicar: “Soy un cordero y me siento feliz entre mis hermanos y hermanas.” ¡Qué absurdo!, rugió el otro león, y le dijo: “Ven conmigo. Te mostraré que vives bajo una ilusión.” Llevó al león-cordero a orillas de un río y haciéndole contemplar su propia imagen reflejada en las aguas, le dijo: "Mírate reflejado. Eres un león, como yo.» El león-cordero contemplo su propia imagen y exclamó con alegría: “¡Qué terrible equivocación he cometido! Ciertamente que soy un león. No soy en absoluto un cordero, como creía.” Dicho lo cual, lanzó al aire un terrible rugido y se fue con el otro león.
¡Hermano! También tú estás balando como el león-cordero. Has olvidado tu verdadera naturaleza divina, La soberanía es en ti natural. La soberanía es un atributo del Arman. Pero, por causa de la ignorancia, has confundido al cuerpo con el Atman, y por ello tratas de no tener rival en cuanto al cuerpo físico se refiere, en los negocios, en la oficina, en la universidad, en los juegos, en los dominios y en cualquier faceta de la actividad.
Pero sólo podrás alcanzar la soberanía absoluta realizando al Atman. Sólo la libertad del Ser, o Alma-suarayia, puede hacerte absolutamente independiente. Sólo Alma-suarayia puede convertirte en el gobernador supremo o el monarca absoluto de todo el universo. Por tanto, realiza este maravilloso Atman y conviértete en un verdadero potentado en los tres mundos.