El ego es una
vibración energética pero nosotros somos la consciencia más allá del ego y de
todas las vibraciones mentales y emocionales
El ego vibra casi
siempre como una campanilla y así nos mantiene identificados con el cuerpo, la
mente y el ego mismo. El ego vibra y produce impulsos, emociones y pensamientos
y se identifica con ellos, pero como nosotros estamos tan identificados con el ego,
entonces sentimos que estos impulsos, emociones y pensamientos son nuestros. El ego en su aspecto rajasotamásico*, (no su
aspecto sáttvico) es lo que nos hace identificar con el cuerpo, la mente, las
emociones, los pensamientos y las percepciones y olvidar nuestra verdadera
naturaleza, el Atman, que es Existencia-consciencia-bienventuraza absolutas.
Cuando (casi siempre) el ego
vibra su vibración como una niebla energética cubre la paz y la dicha de
nuestra esencia, nos impide darnos cuenta de que somos esta paz y nos hace
sentir incompletos, inquietos, descontentos y separados de lo Divino y de los
demás. Esto es la ilusión fundamental del ego.
Como no logramos realizar que dentro de nosotros se hallan la perfección, la plenitud y la dicha y que somos estos, intentamos (impulsados inconscientemente por el ego) de superar estas sensaciones dolorosas, o sea el descontento, la inquietud, el sentir incompletos etc, con placeres sensoriales, con el éxito o/y con varias actividades. Todo el juego del ego que está basado en esta ilusion principal causada por los Gunas y el ego mismo, nos mantiene atrapados en las dualidades que en dos palabras son el gozo y el sufrimiento.
Como no logramos realizar que dentro de nosotros se hallan la perfección, la plenitud y la dicha y que somos estos, intentamos (impulsados inconscientemente por el ego) de superar estas sensaciones dolorosas, o sea el descontento, la inquietud, el sentir incompletos etc, con placeres sensoriales, con el éxito o/y con varias actividades. Todo el juego del ego que está basado en esta ilusion principal causada por los Gunas y el ego mismo, nos mantiene atrapados en las dualidades que en dos palabras son el gozo y el sufrimiento.
Para experimentar
la paz, la plenitud, la libertad y la dicha que ya somos hace falta sosegar la
vibración del ego.
Cuando el ego deja de vibrar desaparece y la luz del Alma se revela claramente. Así disfrutamos de la paz, la dicha y la plenitud infinitas y eternas que están siempre presentes en el fondo de todas nuestras experiencias, sensoriales, emocionales y mentales -aunque cubiertas por ellas.
Cuando el ego deja de vibrar desaparece y la luz del Alma se revela claramente. Así disfrutamos de la paz, la dicha y la plenitud infinitas y eternas que están siempre presentes en el fondo de todas nuestras experiencias, sensoriales, emocionales y mentales -aunque cubiertas por ellas.
Para sosegar la
vibración del ego hace falta calmar la mente y las emociones; esto es posible
si nos desidentificamos de los pensamientos, las sensaciones y las
emociones. ¿Cómo podemos lograr la desidentificación? Hace falta
conocimiento y guía de libros, de maestros o de aspirantes avanzados y mucho
práctica diligente. Hay muchas maneras y técnicas pero al final cada uno
tiene que encontrar sus propios modos para conseguirlo. Por supuesto, al final todos los métodos y las técnicas acaban en la
meditación profunda y el samadhi.
Si queremos vivir
plena y permanentemente la paz y la felicidad eterna del glorioso Atman es
necesario disolver totalmente la energía egóica· esto será posible solo si
tenemos un anhelo ardiente de realizar nuestro Ser verdadero.
Este anhelo tiene
que ser más fuerte que el deseo de disfrutar los objetos sensoriales, si no
será imposible controlar la mente que por hábito de tantos años y vidas está
acostumbrado a correr fuera para disfrutar los placeres sensoriales.
Este anhelo puede
crecer a un alto nivel por la compañía de seres iluminados o yoguis avanzados
(Satsang) y por una comprensión profunda (fruto de la práctica espitiual) de
que la vida humana está llena de sufrimiento y dolor.
NOTA: El ego en su aspecto rajasotamásico*:
NOTA: El ego en su aspecto rajasotamásico*:
Según los Gunas (Sattva-rajas-tamas) predominantes podemos también clasificar el ego como ego sáttvico y ego tamasorajásico.
Hay tres tipos de Ego (Ahamkara), a saber: el egoísmo sáttvico, el egoísmo rajásico y el egoísmo tamásico. El egoísmo sáttvico no nos ata en el Samsara; le ayudará al aspirante para alcanzar la emancipación final. Si uno intenta afirmar 'Aham Brahma Asmi' ('Yo soy el Brahman') ― esto es egoísmo sáttvico. Incluso en un Jivanmukta (Liberado) existe un ligero rastro de egoísmo sáttvico. El Jivanmukta realiza acciones a través de este egoísmo sáttvico.
— Swami Sivananda
El ego en su aspecto sáttvico está involucrado en la Sadhana positivamente, mientras que el ego en su aspecto tamasorajasico quiere impedirnos de hacer Sadhana y crea muchos obstáculos con el fin de hacernos abandonar la práctica y el sendero espiritual. Y esto porque, siguiendo una vida espiritual, el ego pierde sus placeres que hasta ahora los tenia cuando le apetecía, y porque sabe que con la Sadhana al fin acabará de existir. Al principio no podemos evitar la resistencia que el ego opone contra nuestra voluntad de marchar en el camino espiritual y tampoco podemos evitar todas las ilusiones que crea, porque estamos fuertemente identificados con el ego y nuestro Buddhi está hipnotizado y manipulado por las energías y las tendencias egoístas y por los Gunas Tamas y Rajas.
Hay tres tipos de Ego (Ahamkara), a saber: el egoísmo sáttvico, el egoísmo rajásico y el egoísmo tamásico. El egoísmo sáttvico no nos ata en el Samsara; le ayudará al aspirante para alcanzar la emancipación final. Si uno intenta afirmar 'Aham Brahma Asmi' ('Yo soy el Brahman') ― esto es egoísmo sáttvico. Incluso en un Jivanmukta (Liberado) existe un ligero rastro de egoísmo sáttvico. El Jivanmukta realiza acciones a través de este egoísmo sáttvico.
— Swami Sivananda
El ego en su aspecto sáttvico está involucrado en la Sadhana positivamente, mientras que el ego en su aspecto tamasorajasico quiere impedirnos de hacer Sadhana y crea muchos obstáculos con el fin de hacernos abandonar la práctica y el sendero espiritual. Y esto porque, siguiendo una vida espiritual, el ego pierde sus placeres que hasta ahora los tenia cuando le apetecía, y porque sabe que con la Sadhana al fin acabará de existir. Al principio no podemos evitar la resistencia que el ego opone contra nuestra voluntad de marchar en el camino espiritual y tampoco podemos evitar todas las ilusiones que crea, porque estamos fuertemente identificados con el ego y nuestro Buddhi está hipnotizado y manipulado por las energías y las tendencias egoístas y por los Gunas Tamas y Rajas.
Este egoísmo Rajásico y Tamásico cubre la naturaleza Sattvica, más elevada y divina, velando el alma auto luminosa e inmortal.
— Swami Sivananda