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jueves, 10 de septiembre de 2015

La causa principal del sufrimiento es el deseo / Parte II El juego del deseo

 
  La causa principal del sufrimiento es el deseo / Parte II

El juego del deseo

El deseo primero crea en nosotros la ilusión de que aquí y ahora no podemos ser felices y contentos (lo cual es una mentira) y al mismo tiempo, unas sensaciones de malestar, descontento, angustia y aburrimiento con el fin de obligar la mente de imaginar y pensar en algo que podría darnos placer, sensaciones agradables y alegría (lo cual es media-mentira). En estas imaginaciones y pensamientos el deseo proyecta el placer, las sensaciones agradables y la alegría y así nos hace creer que aquí estamos en malestar porque no tenemos algo agradable y allí, es decir en el futuro, en otro lugar y otras circunstancias cuando tengamos el objeto deseado estaremos alegres y contentos.

    Hasta que obtengamos el objeto deseado hay ansiedad, angustia, impaciencia y miedo pensando que algo podría impedirnos de disfrutar el objeto deseado. Y si algo o alguien está en contra, o impide o tarda el cumplimiento del deseo surgen también la irritabilidad y la ira.
    Cuando estamos en contacto con el objeto deseado y lo disfrutamos, las sensaciones del malestar se hunden temporalmente y surgen las sensaciones agradables, el placer y la alegría que las asociamos con el objeto deseado. Pero esto es una mentira, una ilusión.
    Lo que pasa es que las sensaciones agradables se producen a causa de la interacción de los sentidos y de la mente con el objeto y el placer que la alegría los proyecta el ego al objeto aunque tienen nada que ver con el objeto mismo.

    Entonces el placer no tiene nada que ver con el objeto (con excepción en la sexualidad que es más complicado explicarlo). El deseo proyecta en el objeto el placer que está cristalizado en el subconsciente y nos hace creer que el placer proviene del objeto. Así cuando por ejemplo comemos una pizza creemos que el placer que experimentamos se debe  a la pizza.

    La alegría que experimentamos no tiene nada que ver con el objeto. Los momentos que disfrutamos un objeto la mente está calmada y muy concentrada en el aquí y ahora y así refleja parcialmente la alegría de nuestro Ser verdadero o Alma. Recuerda que la única condición para que disfrutemos la alegría del Ser es una mente concentrada y sosegada. Entonces la alegría y el contento que sentimos cuando disfrutamos un objeto deseado, viene de la consciencia y no del objeto. Pero ya que la mente está hipnotizada por las cualidades Rajas y Tamas y por el deseo, no nos podemos dar cuenta de lo que realmente pasa  durante estos momentos. Y así, asociamos la alegría y el contento con el objeto deseado.

    Pero unos días, unas horas o unos minutos más tarde el deseo crea de nuevo un malestar porque el deseo por su naturaleza es insaciable.

   El círculo vicioso.

 Entonces aquí tenemos un círculo vicioso.
    1. Al principio el deseo crea un malestar con sensaciones de aburrimiento, descontento, angustia, disgusto etc.
    2. Luego el deseo crea en la mente imaginaciones y pensamientos (objetos, personas, actividades) y proyecta en ellos sensaciones agradables, placer y alegría que desea experimentar, para convencernos de obtener o conseguir algo (objeto, persona, situación).
    3. Después el deseo obliga la mente a pensar la manera con la que podemos obtener el objeto deseado, o sea los medios y las acciones. En esta etapa el deseo asume, según las circunstancias, la forma de ansiedad, impaciencia, angustia, miedo, irritabilidad e ira porque no estamos seguros si podemos cumplir el deseo o si algo pudiera evitar su cumplimiento.
    4. Cuando el deseo está cumplido el mecanismo del deseo se hunde temporalmente, la mente libre ya del deseo se calma y se descansa en su fuente que es la Consciencia (pero inconscientemente ya que la mente no está despierta) y así disfrutamos parcialmente la alegría del Ser junto con sensaciones agradables y placer.
    5. Un poco más tarde el deseo vuelve a crear un malestar para obligarnos a buscar de nuevo algo placentero y agradable.

    Este círculo es la causa del sufrimiento y los deseos también son la causa del Samsara que  es el círculo del nacimiento y muerte. Renacemos en este mundo 3D para experimentar los deseos que siguen viviendo en nuestro subconsciente y este Samsara terminará para nosotros cuando eliminaremos todos los deseos y el ego.

    Debido al deseo experimentamos un poco de placer, de sensaciones agradables y de vez en cuando un poco de alegría, y el resto de la vida insatisfacción, descontento, malestar, miseria y sufrimiento.
    Vivimos casi siempre identificados con la mente sensual pensando en el pasado y en el futuro y cuando disfrutamos algo en el aquí y ahora no tenemos una nueva experiencia sino vivimos el pasado proyectado en un objeto.
    Muy raramente tenemos unas experiencias íntimas de nuestra Alma y experimentamos la dicha, la paz y la armonía eternas.

    Los compañeros del deseo

   Los compañeros principales del deseo son el miedo, la ira y la depresión.
    Si el objeto deseado es un objeto que poseemos y es importante para nosotros el deseo  está asociado con el miedo de perderlo. El miedo surge también cuando queremos algo mucho y no estamos seguros de si lo podemos obtener o conseguir. En este caso el miedo normalmente asume el aspecto de inseguridad, ansiedad o angustia y de preocupaciones, y estas emociones aparecen en la mente pensante como dudas. En este caso es muy común también que junto con el miedo surja la ira como irritabilidad o un resentimiento al pensar que el deseo no se va a realizar.
    La ira surge cuando algo o alguien nos impide cumplir el deseo o nos hace perder el objeto deseado.
    La depresión surge  cuando no obtenemos lo que queremos o cuando lo perdemos.

Deseos acciones dañinas, ilegales y enfermedades

    Para cumplir los deseos mal usamos los sentidos, el cuerpo y la energía y así  creamos desequilibrio y enfermedades, hacemos acciones ilegales o acciones que dañan a los demás, a los animales, la naturaleza y  creamos desequilibrio en el mundo.

Que seas libre y realices su verdadera naturaleza que es paz,  libertad y dicha eterna.

Paz, luz y amor